Las imágenes 1 a 5 muestran el
interior del ábside norte: tambor con friso muy erosionado decorado
con motivos vegetales (Imagen 5) sobre el que abren dos ventanales
de derrama interior con el parteluz muy afilado y enmarcados por columnillas
con sus respectivos capiteles. Por encima de una imposta vemos la bóveda de cuarto
de esfera. Esos motivos vegetales, carnosos y con frutos entre ellos evocan lo que vemos en los ábacos de San Gil de Luna, en la Sala de Doña Petronila, etc. Es ya un guiño al estilo 1200 que, como indica García Lloret, hace retrasar el inicio del templo hasta un momento que señala hacia el reinado de Alfonso II.
Tampoco es
lo habitual cubrir por separado y con tejado a dos aguas cada una de las
naves (no he visto ningún otro templo así). Con bastante probabilidad,
dada la similar altura de las naves, que se cubrieron ya con premura y olvidado
el primitivo plan, un tejado único a doble agua hubiese precisado
de mucho relleno sobre la nave central para conseguir la suficiente angulación
con el consiguiente incremento del peso a soportar y riesgo de desplome.
El equipo
encargado de realizar la "faena de alivio" no se complicó
en absoluto y optó por soluciones fáciles y seguras, fuera
de los cánones al uso. Sea
lo que fuere, lo cierto es que el templo concluyó prematuramente
su fábrica, con soluciones diferentes a las proyectadas en origen.
Su fachada oeste (imagen
6) es como un inmenso interrogante abierto a toda clase de conjeturas.