El joven que me acompañó a visitar la parroquial (Rafael Latre) me indicó que se estaba restaurando Santa María. Subí a tomar imágenes de la "novedad" y en efecto: se ha consolidado la bóveda del ábside y presbiterio, a través de la cual antaño se veía traslucir el sol, y se han preparado las zonas superiores de los muros para recibir una techumbre de madera a dos aguas.
Esto si que es una novedad agradable. Quizá para compensar la tristeza que me produjo ver hundida la cercana iglesia de Buisán, que había conocido aún en pie a través de imágenes de Adolfo Castán.
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En la imagen 1, vista de la nave y cabecera, con la Peña Montañesa en lejanía. Abundantes sillarejos por el suelo, de la reciente restauración.
En las imágenes 2 a 7, se documenta el exterior del pequeño templo. Es de nave única, rematada en ábside de tambor que se ilumina por dos ventanales aspillerados: uno central y otro en su lado sur (oculto por la vegetación). El edificio se erigió en sillarejo bien trabajado. El ábside se remata por ménsulas lisas que sustentaron cornisa. Tras él, amplio y bien marcado presbiterio.
La puerta de entrada, moderna, abre en el muro sur. Las imágenes 9 a 12 muestran el estado actual del interior del templo. Su presbiterio apuntado habla ya de un momento tardío en el románico; probablemente finales del XII o principios del XIII. El ábside a la manera clásica, se cubre con cuarto de esfera, bien realizado. Dos ventanales de derrama interior y aspillerados al exterior, iluminan el interior.
La incongruencia entre el ábside de cuarto de esfera y el presbiterio apuntado, se solventó mediante un creciente de sillarejo interpuesto entre ambos (Imagen 12). destaca la perfecta ejecución del borde libre de la bóveda absidal y del presbiterio, en la que alternan sogas y tizones en perfecta estética; dándonos fe del buen hacer de sus constructores.