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-BAILO. IGLESIA PARROQUIAL DE SAN FRUCTUOSO- |
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La
pequeña localidad de Bailo anuncia el final del puerto de Santa Bárbara,
yendo desde Huesca en dirección a Pamplona por Ayerbe y el pantano de
la Peña. Desde el
inicio del descenso del puerto las vistas a la zona donde asienta este lugar, con el
Pirineo de telón de fondo, son magníficas. Su
parroquial es una edificación del siglo XVI. Posee una bella portada
gótica con decoraciones vegetales en el "seudotímpano".
Su estilizada torre puede mantener vestigios en su arranque de la original
románica, que a buen seguro hubo (2002, 2003, 2009 y 2016).
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Nada
más penetrar en el templo encontramos
un bonito capitel románico decorado en sus cuatro caras, lo cual hace
suponer que, exento, formase parte de la decoración de un claustro. Se
ha ahuecado en su parte superior para cumplir funciones de pila benditera.
Está situado sobre una basa ática y a su vez, ambos elementos sobre un
podio moderno.
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La cesta del capitel está labrada por sus cuatro caras y esa circunstancia lo señala con gran probabilidad como procedente de un claustro. Se basa en el capitel corintio, del cual conserva sus volutas angulares habiendo desaparecido los clásicos niveles de vegetación para ceder su espacio a una serie de figuras, tres por cara, que le aportan una temática, probablemente la vieja y repetitiva lucha entre el bien
y el mal. En una de sus caras, la que da a la puerta de acceso, representando el bien hay un personaje
con una cruz sobre su cabeza flanquedo por otros dos que aparentan interactuar con él
(Imagen 5)
La superficie de las figuras de esta cara, al igual que ocurre con las restantes, aparece bastante desgastada pero sin presentar pérdidas groseras de material. Las caras de los personajes son muy redondeadas y su cabello compuesto de grandes franjas longitudinales, más aparenta ser un casco. La figura central, con una cruz sobre su cabeza, muestra la palma de su mano izquierda y viste túnica que llega hasta los pies. Los personajes laterales se adaptan a la forma de la cesta apareciendo como divergentes, El de nuestra derecha toca con su mano izquierda al central y el opuesto parece llevar su mano izquierda a la barbilla, como meditando. Las piernas de los personajes laterales están toscamente trabajadas.
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En la imagen 6, hay
un personaje que con una grandes tenazas atrapa y tira de la lengua
de una figura monstruosa provista de cuernos al que un segundo personaje está
sujetando. Es posible que represente a quien pecó de palabra, a un maledicente,
o a un blasfemo.
Las figuras siguen el mismo estilo que en la cara anterior, mofletudos y con el cabello en bandas. El personaje torturado en de menos tamaño que los otros dos y sus pies se apoyan en las rodillas de los personajes laterales. Se muestra desnudo y con los testículos muy señalados. Los personajes laterales aparentan llevar quizá una toga por los pliegues formados sobre el pecho y cintura, pero sus piernas, muy toscas, van al aire.
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La imagen 7 muestra
una figura con cara simiesca y garras de arpía, en posición
obscena entre otras dos figuras. Quizá pueda representar el pecado de la lujuria. Su postura recuerda a la de algunas arpías. El cuerpo se muestra en cuclillas y sus largas y afiladas extremidades llegan hasta el collarino donde adquieren forma de garras. Las manos, poco trabajadas se juntan sobre el bajo vientre y en su pecho parecen insinuarse los pechos semiocultos por los brazos. Las figuras laterales no parecen interactuar con la central y quizá sean solo "relleno" para guardar el orden de las restantes caras.
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En la imagen 8, encontramos a un
personaje demoníaco, con cuernos, que porta una bolsa al cuello, mientras es sujetado
por otros dos personajes. Debe de corresponder al pecado de avaricia. Su aspecto es intencionadamente deforme acaso para realzar el vicio al que representa.
En definitiva, las escenas nos muestran algunos de los siete pecados capitales
representados en algunas caras del capitel para aleccionar de lo que no ha de hacer al fiel que
desea alcanzar la santidad. Si lo cumple se aproxima al paradigma del hombre justo, que es el que ocupa la
cuarta cara con una cruz sobre su cabeza (Imagen 5). El capitel, según me
refirió el mosen, procede de la desaparecida iglesia parroquial dedicada a
san Pedro, románica.
Esta pieza es un capitel de clara influencia jaquesa labrado por sus cuatro caras y por tanto probablemente proceda de un claustro o de un elemento decorativo aislado (como columna provista de capitel a modo de parteluz). Es difícil determinar su procedencia, al igual que ocurre con el capitel de Asieso reconvertido en pila benditera. A modo de conjetura podría barajarse la anterior iglesia románica de Bailo (como me señaló el mosen) o acaso traído de un claustro como el de Jaca, Santa Cruz de la Serós, etc. Su estilo y la tosquedad de la labra de sus figuras permiten ubicarlo hacia un momento avanzado del siglo XII .
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La imagen 8a, sobre estas líneas, muestra en su mitad superior las cuatro caras del capitel y en la inferior las mismas caras parcialmente perfiladas para realzar los personajes que en ellas podemos ver. Cliqueando sobre la misma se accede a un mayor tamaño para poder ver mejor algunos detalles.
La última vez que
visité Bailo su templo todavía estaba en obras de restauración
y su capitel bajo esos plásticos que muestro en la imagen 9.
Habré de volver para obtener imágenes de mayor claridad que
las mostradas. Los detalles son sin duda importantes a la hora de enjuiciar
estilo y simbología.
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Es 16 de octubre de 2010. He vuelto a Bailo y
acompañado de mosen Juan hemos visitado el templo y fotografiado el
capitel, del que he ofrecido mejores imágenes que las anteriores y que ya he colocado en esta pagina más arriba. El
nuevo aspecto de la iglesia es magnífico como se advierte en la imagen
bajo estas líneas.
En el inicio
de la subida al puerto de santa Bárbara, a nuestra izquierda, hay un
embalse junto a un refugio y parque con merendero. La presa de dicho embalse
se realizó con los sillares de la arruinada ermita de Santiago. Su
ubicación aproximada la señalo en la imagen 10 con una flechita que apunta a un grupo de árboles situados
frente a la ermita que corona el puerto. Poco más al este y algo por
debajo de los mismos se hallaba dicha ermita. La zona de la presa original
está en su zona media, formando un pequeño entrante. Después
hubo de reforzarse con cemento.
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En una de mis
visitas a la zona en busca de la pardina de Esporret y su raro crismón, los
mismos informantes que desde la granja de san Mitiel en el desvío hacia
Arrés me encaminaron a Arbués y Esporret, me hablaron de la
existencia de dos figuras talladas en la balsa de riego de Bailo, procedentes
de la antigua ermita de Santiago.
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En la parte
alta del exterior del muro del embalse, sobre el angosto canal de salida
del agua (Imágenes 12
y 13) se incluyeron en el
muro dos canecillos del templo que "donó" sus sillares para
erigir la presa. A pesar de las zarzas que los ocultan parcialmente, se distingue
un toro y un tosco rostro (Imágenes 14 y 15).
Bastan para datar el desaparecido templo en el siglo XII.
