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LA GUÍA DIGITAL DEL ARTE ROMÁNICO Webmaster: A. García Omedes - Huesca (España) |
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-BELARRA. ERMITA DE SAN RAMÓN- |
 UTM 30T 717470 4695168 843 m. |
Belarra es uno más de los muchos templos en ruinas (¡otro más!) que hay en nuestra Comunidad. Es uno de los lugares en los que -como dice mi amigo Aramendía- "no hay que preocuparse por la iluminación, ya que la luz entra por todas partes". (2003 y 2006).Quien me orientó desde el pueblo para encontrarlo me habló que "Amigos de Serrablo" van a restaurarlo porque no hace mucho se "espaldó". La verdad es que hay tajo para ellos y para muchos más. (Tengo noticias -en el verano de 2005- de que ha sido ya rehabilitado. En cuanto pueda lo volveré a visitar para documentar la actuación).
Belarra está en la cara norte del puerto de Monrepós. Muchas veces habrás pasado a escasos dos kilómetros de su caserío, displicente, deseando ver el río Guarga como final del puerto sin siquiera sospechar su presencia (antes de que la autovía fuese un hecho). Hay que cruzar el Guarga y tomar el desvío a derecha hacia Boltaña. Al poco trecho, una señal nos indica de nuevo a derecha, por pista. Cruzamos el Guarga por un vado de cemento con apenas cuatro dedos de agua el 20 de Agosto de 2003 (No fiarse en época de tormentas) dando un toque de "aventura" a la excursión. La pista se bifurca más adelante y hay que tomar el camino de nuestra izquierda pues el otro vuelve hacia Monrepós. Justo al llegar a la primera casa, nada más rebasar el tendido de alta tensión, un pequeño sendero a nuestra izquierda nos conduce hacia el otro lado del barranco de Las Claves en apenas cinco minutos. Hay que pasar un pequeño pontarrón de tiras de cemento, simple pero eficaz (Imagen 4).
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La iglesia dedicada a san Ramón Nonato está en funciones de capilla del cementerio. (Imágenes 5 y 6) Cuando Aramendía la visitó en 1994 ya advertía que amenazaba ruina pero las cubiertas permanecían en su lugar. Entonces el pontarrón era de tablas. Hoy es de buenas tiras de cemento pero el templo se nos ha venido abajo.
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La parte románica del templo es su cabecera, de finales del siglo XII o inicios del XIII. Afortunadamente estas elegantes estructuras, como dicen los arquitectos, son "autoportantes". La misma fábrica sostiene su cubierta, que es a su vez parte integrante de ella misma. Es por ello que caen las naves pero más difícilmente las cabeceras, salvo error técnico grave o asentamiento insuficiente de sus cimientos.
La cabecera muestra al exterior el cilindro absidal edificado con sillares poco trabajados, que de forma curiosa no tiene vano alguno de iluminación. Tras él, resalta el presbiterio a modo de contrafuerte (Imagen 7). La puerta de medio punto dovelada abre a los pies del muro sur (Imagen 8). Uno de sus sillares de la jamba oeste muestra un medallón rebajado. En el intrados de la jamba derecha, grabada sobre el enlucido, se advierte la fecha de 1635 (Imagen 6 en la siguiente pagina). Probablemente sea fecha próxima a la fábrica de la nave del templo.
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Al interior, la cubierta de la nave se ha desplomado dejando sobre el piso (decorado con cantos de río formando dibujos geométricos) un caos de maderos, tierra y lajas de pizarra de lo que fue su cubierta a dos aguas (Imagen 2). La cabecera se compone de cilindro absidal con bóveda de cuarto de esfera y por delante presbiterio cubierto de medio cañón (Imágenes 2, 3 y 9). Parte del cilindro absidal se ocultó por una fábrica en piedra toba para sustento de alguna imagen o retablo. Quedan pinturas de estilo popular, destacando las de la imágenes 10 y 11, con escudos nobiliarios probablemente de quien costease su decoración.
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En el pueblo hay un gran templo moderno en aparente buen estado al exterior así como varias casonas bien conservadas y alguna otra que se está edificando. No hubo atención para el "hermano pobre" del cementerio, al otro lado del barranco. Una larga grieta recorre el exterior del ábside en su centro. No es -de momento- preocupante pero bueno sería prestarle un poco de atención.
Hoy, 25 de febrero de 2006 me he acercado de nuevo hasta Belarra y he podido comprobar una más de las muchas muestras de la dedicación que Amigos de Serrablo presta a nuestro extenso y en ocasiones descuidado patrimonio.
