La iglesia de
San Andrés en el abandonado núcleo de Nasarre es la última
de las iglesias del románico del Gállego que me quedaba por
visitar. El 10 de Mayo de 2003 aprovechando una espléndida mañana
primaveral y acompañado de mi amigo Antonio Pardo, llegamos hasta la
misma para poder ofrecer sus imágenes. El acceso
lo hicimos por el valle de Nocito: desde el pantano de Árguis se toma
la vieja carretera hasta el túnel de la Manzanera. Allí a derecha
arranca pista asfaltada bordeando el pantano de Belsué. Pocos metros
antes de entrar en Nocito, desvío a izquierda hacia San Úrbez,
Used y Bara. La pista asfaltada llega hasta este último lugar. En Bara
se deja el coche y tras cruzar el Alcanadre por un precario pontón
de madera y chapa metálica, ascenderemos por senda señalizada
con indicadores en los desvíos. Hay 250 m de desnivel que se superan
en alrededor de una hora de camino. Una vez más recomiendo encarecidamente
el uso del GPS, que de no contar con guía adecuado, nos puede ser de
gran utilidad. (10 de mayo de 2003 y 2011).
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El día 11 de octubre de 2011 volví
a repetir fotos de este templo. En esta ocasión lo he hecho por pista.
Hay que llegar al lugar de Las Bellostas al norte de Alquezar y en cabecera
del río Mascún. Desde este lugar surge pista de uso restringido
que en trece kilómetros nos lleva hasta la iglesia pasando por las
proximidades de Bagüeste, Letosa y Otín, entre otros núcleos
deshabitados de esta zona. La ausencia de lluvias en este final de verano-inicio
de otoño de 2011 hace que la pista no ofrezca problemas. Cuando llueve,
la arcilla la convierte en trampa que es mejor evitar. Nasarre se halla en una elevada llanura entre
los angostos cauces de los ríos Alcanadre al oeste (en las imágenes
1 y 3 se advierte su cortada) y Mascún a oriente.
Al igual que
los templos de Sescún y San Juan Bautista de Rasal, también
Nasarre está bastante alejado del núcleo original del endemismo
artístico conocido como "románico del Gállego". El templo
se halla aislado del arruinado caserío, a poca distancia del mismo.
Recientemente (Prames. Campañas 1997/98) ha sido restaurado y ofrece
un aspecto tranquilizador en cuanto a su pervivencia. Se compone de nave
única rematada en ábside de tambor que posee al exterior la
típica decoración larredense a base de arquillos ciegos y friso
de baquetones. Centra el mismo un ventanal de medio punto dovelado de doble
derrama. Hay otro vano rectangular en el lado sur del ábside, de ejecución
tardía que ha sido cegado al interior, restituyendo la forma original
del ábside. Al costado
sur del presbiterio se eleva torre del XVII coetánea de la nave
(Imagen 4).
Su planta baja compone la sacristía del templo y sobre ella hay dos
pisos con vanos aspillerados y huecos de campana en el superior.
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La cabecera del
templo, que es la parte original del mismo, está realizada en sillarejo.
Se articula con la nave mediante presbiterio atrofiado, bien señalado
al exterior. En su porción
alta se adorna con una sucesión de once arquillos ciegos apeados en
ménsulas. El ábside no posee lesenas. Los huecos de los citados
arquillos están ocupados por tímpanos monolíticos de
correcta ejecución (Imágenes 6, 7, 12, 15 y 16). Los situados en los extremos (Imagen
3) tienen su arco a un
nivel más bajo que los del resto de arquillos. Sobre ellos
y entre dos hiladas de sillarejo se sitúa la emblemática sucesión de baquetones
yuxtapuestos situados en posición vertical (Imágenes 12 y 15 a 18).
En este templo son más cortos que en los restantes. Están elaborados en
piedra toba y tienen una característica única que lo diferencia
del resto de ellos: un buen número de ellos están decorados
en su borde libre con bandas incisas oblicuas, a modo de sogueado (alrededor
de una docena de los cuarenta y tres baquetones existentes). Todavía quedan restos
de pintura roja -almagre- en algunos de los baquetones sogueados (Imagen
17) así como en la losa hendida que conforma la aspillera
del vano absidal (imagen 14).También los arquillos
ciegos está elaborados con piedra toba.
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Las imágenes 9 y 10
muestran una vista nordeste del templo apreciándose el relieve de la pequeña
capilla lateral y los dos gruesos contrafuertes de la nave. Por delante quedan
cimentaciones de antiguas estructuras. En el muro
sur abre la portada precedida de un amplio zaguán a modo de porche
realizado en el grueso muro (Imágenes
4 y 8). Una escalera
exterior permite el acceso a la torre; todo ello del XVII. Adosado al lado
sur del templo hay un minúsculo cementerio invadido por la maleza.
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La imagen 11 muestra
la planta del edificio, modificada de la existente en el panel informativo
situado junto al mismo. Es notable la desviación de casi 45 grados
del eje del templo hacia el nordeste. Son extrañas
las desviaciones de la orientación de los templos dado lo cuidadosos
que solían ser en lo tocante al proceso fundacional de los mismos.
Puede ser interesante comprobar el lugar de salida del sol en el mismo día
en que se conmemora la memoria del santo bajo cuya advocación se coloca
el templo. Pudiera
ser que estén diseñados para que en la fecha que se conmemora
su santo patrón, el sol del arranque del día penetrase por la
ventana absidal hasta el altar...
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Si ello fuese cierto para este templo, la
advocación a San Andrés (30 de noviembre) no sería la
original dado que en invierno el sol sale en el horizonte muy a la derecha
del este equinoccial. La advocación para esta extrema desviación
a nuestra izquierda del este equinoccial habría que rastrearla en el
santoral de fechas alrededor del solsticio de verano (21 de Junio).
Las imágenes 19 y 20, tomadas de Google Eart, muestran la situación del templo respecto a las ruinas de las edificaciones así como la notable desviación hacia el norte del templo.
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