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LA GUÍA DIGITAL DEL ARTE ROMÁNICO Webmaster: A. García Omedes - Huesca (España) |
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-CASTILLISCAR. PARROQUIAL DE SAN JUAN BAUTISTA- |
  UTM 30T 642254 4693268 480 m |
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Saliendo de Sádaba en dirección norte, hacia Sos del Rey Católico, a unos 13 kilómetros nos encontramos con la villa de Castilliscar coronada por lo que fue castillo medieval y su iglesia dedicada a San Juan Bautista edificada hacia 1176 por la orden de San Juan de Jerusalén. La imagen 2, interactiva, nos da idea de su origen medieval con el caserío agrupado en círculos alrededor de la fortaleza. Colocando el cursor sobre la misma se resalta en amarillo la iglesia, en rojo la capilla-torre y en azul el recinto de la fortaleza inicial.
Sancho Ramírez encargó en 1088 al señor de Sos, Galindo Sánchez, la fortificación de ese lugar. En el siglo XII Alfonso I donó el lugar a la familia ribagorzana de los Entenza. En 1171 la condesa de Ampurias donó su patrimonio a la orden de San Juan del Hospital, encomienda creada en este lugar en 1192. La capilla existente en un plano superior a la iglesia es fue alzada hacia el siglo XIII sobre los restos de un torre de la fortaleza inicial. Las tallas románicas que alberga de Cristo y de la Virgen son del siglo XIII, probablemente relacionadas con la escultura ribagorzana a través de la familia Entenza (J. Andrés Navarro, Enciclopedia del Románico, Zaragoza Vol.1 2010.
Se trata de una iglesia de nave única, contrafuertes hasta la cornisa en el exterior y ábside sin decoración provisto de tres ventanales aspillerados. Además de la principal, posee una pequeña portada descentrada a sur de medio punto dovelada en el hastial occidental con guardapolvo muy sobresaliente en el que hay labradas grandes piñas en bajorrelieve. Su estilo es muy "cincovillés" destacando la sobriedad del templo rayana ya con el mundo cisterciense (Imágenes 2 a 7). (1 de julio de 2002, 2006 y 2023).
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La portada principal abre inusualmente hacia el norte dado que la fachada sur está contigua con la ladera del castillo. Se ubica entre dos contrafuertes bajo tejaroz con ménsulas. Consta de tres arquivoltas decoradas con baquetón. En las más externas hay pequeñas decoraciones de bezantes y alguna estrella. El tímpano es sencillo, con crismón trinitario esculpido y cenefa decorativa de palmetas muy elementales. Hay una preocupante grieta en su lado oeste que ya ha provocado, al ceder, la rotura de la cabeza del modillón de ese lado (Imagen 16). Se conserva el modillón oriental con tosca cabeza y garras de fiera (Imagen 15). Los capiteles se decoran con motivos vegetales y geométricos (Imágenes 11 y 12). Los dos más externos son muy sencillos, casi cistercienses. Hay uno, el segundo por dentro del lado occidental, historiado, con dos aves picándose las patas que recuerda al del maestro Esteban en la cripta de Sos. Uno de los capiteles del lado oriental (Imagen 13) guarda un notable parecido con otro del interior del monasterio de Cambrón próximo a Sádaba (Imagen 14).
Esta portada posee un detalle infrecuente: sus capiteles no soportan a las arquivoltas, como sería lo lógico, ya que éstas apean en las jambas entre las cuales se acodillaron las columnas.
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El día que visité el lugar por primera vez (1 de Julio de 2002) al maniobrar para encarar la calle de acceso a la iglesia, caí en lo que en el pueblo llaman "trampa para turistas", pues ya hemos caído varios. Un amable constructor de la localidad me sacó del aprieto con un toro mecánico de su propiedad sin más daños que los sufridos en el amor propio. Desde aquí se lo agradezco. ¡Lo que no me pasa en trochas y veredas me ocurre en asfalto! Entre el susto y que era la hora de la siesta, no me quedaron ganas de llamar a puertas para visitar el interior del templo. Será motivo para volver.
El 30 de Septiembre de 2002, acompañando a José Luis Aramendía volví a Castilliscar y pude hacerlo. El interior del templo muestra una nave sobria de bóveda apuntada y fajones apeados en pilastras. Hay un coro en piedra a los pies, añadido a la estructura original, hecho frecuente en los templos de las Cinco Villas (Imágenes 17 y 18).
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La mesa del altar es un maravilloso sarcófago paleocristiano hallado en las inmediaciones del pueblo (Imagen 19). Labrado en mármol, está decorado en su frontal con una sucesión de escenas. De izquierda a derecha: la resurrección de Lázaro, Cristo y la hemorroísa, una orante, el milagro de las bodas de Caná y la adoración de los Reyes Magos. Su estado de conservación es magnífico. Es difícil de describir. Hay que ir y disfrutar en sosiego de su contemplación.
Viendo piezas como esta realizadas mil años antes de las de la época que estamos recorriendo uno se pregunta cómo pudo degenerar tanto el arte. Las escenas de los más bellos capiteles no alcanzan ni de lejos esta pureza de formas mientras que el estilo de la mayoría es de sencilla rudeza. ¿Se olvidó el arte?, ¿se acabaron los artistas?, ¿o era una forma intencionada de expresión?
En un plano superior a la iglesia, edificada sobre una torre de la antigua fortaleza nos encontramos con una sobria torre-capilla que pudo ser oratorio de la fortaleza (Imágenes 20 y 21). En la planta inferior encontramos una estancia abovedada con medio cañón apuntado y reforzada con dos fajones apeados en grandes ménsulas de estilo cisterciense (Imagen 23). En el muro de cierre meridional podemos contemplar las figuras de un precioso calvario románico (la figura de la derecha, en teoría San Juan, no es de la época) (Imágenes 24 a 29). El Cristo, de serena expresión, parece durmiente; mientras que la talla estilizada de la Virgen, a nuestra izquierda, con su mano izquierda apoyada en la mejilla, es la talla románica con expresión más serena y dulce de entre las que he visto (Imagen 26, 28 y 29). Le ocurre un poco como al Cristo del Perdón de Sos, que sus rasgos infantiles dulcifican y hacen atractiva su expresión..
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Las personas que se ocupan hoy día del "marketing" saben bien que un condicionante innato de nuestra especie es el inhibir la agresividad ante rasgos infantiles a la vez que se despiertan sentimientos de ternura en lo más hondo de nuestro paleocortex cerebral. Un dibujo animado con rasgos infantiles, es decir, con grandes ojos, boca y nariz pequeña y rostro ovalado, desencadena esta reacción inconsciente. ¿Quizá el genial artista que talló esta imagen y a lo mejor también la de Sos sabía de esta faceta humana?
En una de las baldosas modernas del suelo de esta sala hay una impresión que probablemente esté reivindicando la vinculación con el Camino de Santiago (Imagen 31). Las marcas de cantero que he encontrado las muestro en la imagen 30. Dos de ellas - cruz y el aspa- son las mismas que encontramos mayoritariamente en el precoz muro de cierre de la iglesia de San Gil de Luna.
En una de las columnas del lado occidental de la portada principal hay un símbolo grabado que se repite en bastantes templos y que se ha relacionado con la existencia de un fragmento del lignum crucis en las iglesias en que aparece (Imagen 32).
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