Hoy es dos de enero del Año Santo Jacobeo de 2010. Primer día medianamente laborable del Año Santo. Demasiadas fiestas, y aunque sin muchos excesos, se empiezan a notar. Necesito un poco de sosiego. Necesito sentir el lugar donde el Camino empieza en Aragón y por tanto en el territorio peninsular.

Una breve parada en Jaca para realizar unas tomas de detalle de la segunda firma de "BERNARDUS" en el mismo capitel. La cosa tiene "suspense". Llego cuando comienza la misa de 10,30. Se está calentito. Hay poca gente, ambiente de sosiego que invita al recogimiento y a dejar volar la imaginación. Mosén Miguel entona los cánticos en latín con brío y voz de canónigo que añade a la catedral el elemento que no sale en las fotografías y que en demasiadas ocasiones olvidamos: la liturgia. El fin último por y para el que se edificaron.

Concluye la ceremonia en el ábside sur, dedicado a la Virgen del Pilar, con "Salve Regina" y el "Bendita y alabada sea la hora". Hoy se celebra su venida a Zaragoza.

Luego los saludo y felicito el año. Me empiezo a sentir "en casa". Una docena de imágenes, certificando que "BERNARDUS" Sea quien fuere, firmó por dos veces en el mismo capitel.

Ya afuera, tomo el Camino en dirección contraria, hacia su inicio. La carretera está llena de modernos peregrinos que también llevan la misma dirección contraria. Son esquiadores. No creo que tengan conciencia de ir en dirección contraria.

El río Aragón es pequeñito. Su escasa agua salta entre piedras engalanadas de nieve. Nada más cruzar el cauce, en frente en una ladera acotada por vallado de madera, las ruinas del hospital de peregrinos de Santa Cristina de Somport, uno de los tres más importantes de la cristiandad, emergen entre la nieve y la historia, señalando su posición y su mensaje para quien sepa interpretarlo.

Justo enfrente de su ábside, a la orilla izquierda del río, encontramos en Camino Jacobeo (imagen de cabecera) aunque realmente cuesta identificarlo. La nieve perfila mojón, poste señalizador, escalones y barandilla.. No es tiempo para que los peregrinos reales se aventuren desde aquí hacia su meta.

El pequeño río Aragón baja de las cumbres, sumando caudal y sigue curso hacia el valle, creciendo orgulloso. Quizá tenga conciencia de que dio nombre a uno de los reinos más importantes de la época medieval. Quizá se nos esté olvidando lo que fuimos. Quizá sea un sentimental.

El Camino sigue en dirección a Jaca. Bien señalizado y con algunos cruceros que nos evocan la tradición jacobea. Santiago de Compostela queda muy lejos... allá donde acaba la tierra y el mundo. Nieve, frío, brumas, penalidades... nada detiene a esa antigua migración religiosa. Como todos los años, quizá este en mayor número por coincidir el día del Patrón de España en domingo y ser año santo, los peregrinos, sea cual sea su motivo, pasarán.

Atendedlos. Enseñadles al paso aquellas cosas de las que estamos orgullosos desde hace mil años. Son nuestra memoria histórica que ellos nos ayudan a conservar con cada paso.

La primera iglesia, tras las ruinas del hospital de santa Cristina, son otra ruinas. Poco más allá de Villanua a nuestra derecha, la vergonzosa historia reciente de la iglesia de Aruex nos sonroja. Propiedad privada semihundida dejada a su suerte y excluida de visitas.. No se si tenemos remedio en esta tierra. Quizá tengamos lo que nos merecemos.

La gente, los modernos peregrinos, siguen alocadamente subiendo en ruidosa y veloz hilera hacia el inicio del Camino. No creo que lo sepan. Tenemos la obligación de recordarlo. Queda mucho por hacer.