LA GUÍA DIGITAL DEL ARTE ROMÁNICO

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IGLESIA DE SAN ROMÁN EN LA PUEBLA DE CASTRO

ACTA DE CONSAGRACIÓN Y LIPSANOTECA (21 DE OCTUBRE DE 2022)


 

La iglesia ribagorzana de San Román, perteneciente al municipio de la Puebla de Castro, domina desde la altura el lado norte de la embocadura del congosto de Olvena. Antes de que se edificara la actual iglesia hubo otra, probablemente capilla del castillo emplazado en ese lugar del cual quedan notables vestigios. Su actual fábrica puede datarse en el primer tercio del siglo XII con vestigios del templo arcaico como el crismón que luce su portada occidental y los derivados de la restauración efectuada en el siglo XIII, sin dejar de lado su maravilloso alfarje mudéjar recientemente restaurado.

Gracias unas fotografías de noviembre de 1987 de Mariano Serena Samitier, realizadas durante las obras de restauración de la solera del templo y de su altar, se tenía noticia de la existencia del acta de consagración del templo oficiada por san Ramón de Roda, obispo de Barbastro. En el curso de esas obras se abrió el sepulcro del ara y se fotografió el acta de consagración y una botellita de vidrio dentro de la cual se guardaba (Imágenes 16 y 29). El domingo 30 de junio de 2019 se hicieron planes para reabrir el sepulcro del altar a fin de documentar en mejores condiciones el acta de consagración, pero a última hora hubo contraorden y no se puedo realizar.

Su alfarje mudéjar se restauró a lo largo de la segunda mitad del año 2021y una vez acabada esa actuación se dio vía libre para reabrir el sepulcro del ara, documentar su contenido para luego ser repuesto en el mismo lugar. En la sesión de la Comisión Provincial de Patrimonio de la provincia de Huesca de 26 de octubre de 2021 se vio la solicitud del obispado de Barbastro Monzón que había solicitado llevar a cabo "Obras en el altar de la Iglesia de San Román de Castro para extraer la lipsanoteca, identificación y clasificación del acta de consagración" acordando: “Autorizar la actuación siempre que se realice con el seguimiento de técnico conservador restaurador y por operarios de empresa acreditada en la restauración de monumentos”.

Gracias al permiso mencionado, la mañana del viernes 21 de octubre de 2022 se pudo acceder al contenido del sepulcro del ara de la iglesia de San Román. En el acto estuvieron presentes responsables del Museo Provincial de Huesca, miembros de la Comisión Provincial de Patrimonio, técnicos conservadores/restauradores del Museo Diocesano de Barbastro-Monzón, personas de la localidad interesadas en el asunto y la alcaldesa de la localidad que acudió al templo para conocer la actuación.

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El ara del altar cubre la losa sobre la que descansa y que contiene el sepulcro labrado en la misma. Fue movilizada dejando al descubierto el hueco del sepulcro cubierto por una loseta (Ver perfil y medidas en la imagen 31). No existe ningún material de sellado entre la loseta y la cavidad del sepulcro. A su alrededor hay una zona de cemento, probablemente para sellar grietas en la losa inferior. Su esquina sureste está desprendida, como puede verse en la imagen 3. La superficie inferior de la loseta posee una tosca cruz grabada. Tiene arriba el letrero "INRI" y descansa en una elaborada peana. Colocando el cursor sobre la imagen 4 activa, se resalta.

 

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Una vez retirada la loseta que lo cubría pudimos ver la cavidad del sepulcro con su contenido. En la imagen 5 vemos a la izquierda la pagina arrugada de un periódico de noviembre de 1987 y a la derecha y de arriba a abajo: la botellita de vidrio que guarda el acta de consagración del templo, un papel con los nombres de los operarios que trabajaron en esa restauración (Imagen 7) y un fragmento de enfoscado, probablemente de la decoración original del templo con restos de pintura mural (Imagen 8)

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Una vez retirados los elementos descritos más arriba, se localizó en el fondo del sepulcro un acumulo de piezas semienterradas entre suciedad y polvo. Varias de ellas parecen ser fragmentos planos de madera, también restos de material textil muy deteriorado y casi irreconocible y numerosos fragmentos alargados de un material sólido que probablemente fue utilizado para sellar la loseta que cubría el sepulcro. En sus bordes se pudieron identificar una serie de improntas que parecen corresponder a un anillo de sello. En una de ellas se adivina el perfil de un rostro mirando a la derecha (Imágenes 9 y 10). Ese material corresponde al sellado del sepulcro, pero no sé si fue el primer sellado o si corresponde a algún sellado posterior realizado en una apertura de esa cavidad. En la imagen 11 podemos ver una primera aproximación a cómo debió de estar rodeado a la loseta ese material de sellado.

En la preparación de la lipsanoteca destinada a la consagración de un altar era habitual sellar la tapa de la cajita de madera con cera de abeja que en ocasiones, como ocurre con la teca de la iglesia de Muro de Solana depositada en el museo Diocesano de Barbastro-Monzón, era sellada con la impronta de un anillo, probablemente del obispo consagrante (Imagen 12). En ese caso se puede advertir que el entalle del anillo tenia como motivo decorativo el perfil de una cuadriga.

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Con gran expectación, María Puértolas levantó la loseta que cubría el sepulcro y comprobó que allí estaba la botellita y que estaba entera (Imagen 3). Cuidadosamente la tomó en sus manos y la trasladó a una mesa que se había colocado como lugar de trabajo. Allí realizamos las primeras fotografías de esta teca diferente al resto de las estudiadas en el Alto Aragón. Depositada sobre fondo blanco y con otro elemento blanco como fondo para que destacase bien su perfil, pudimos realizar las fotografías (Imágenes 13 y 24). De ese modo tomé imágenes de sus cuatro lados girándola 90 grados entre toma y toma. La imagen 14 nos muestra el resultado: una bella jarrita de vidrio de alargado cuello y fondo redondeado con dos asas elegantemente dispuestas por el artesano que sopló esta pieza. El perfil globuloso de su fondo no es uniforme. En uno de sus lados se aprecia que está más aplanado, como corresponde a una creación artesanal, a una bella pieza hecha a mano. El color aparenta ser meláceo si bien al transiluminarla revela tonos púrpura (Imagen 22). En la imagen 14, que muestra los cuatro perfiles de la pieza, se advierte que en su interior todavía se halla el acta de consagración. El fondo de la jarrita muestra una zona cóncava destinada a proporcionarle estabilidad. En la misma se advierte la "cicatriz" del elemento a través del cual fue "soplada" esta pieza (Imagen 20).

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La tapa de la jarrita, realizada en un material que aparenta ser cera, fue retirada sin ningún esfuerzo porque no ajustaba ni sellaba el interior de la misma. Mediante una alargada pinza, con su extremo protegido con goma para no dañarla, se extrajo el acta de consagración. La imagen15 corresponde a una toma en la que ese acta todavía no se ha extraído del todo... Me recordó al repetido tópico del mensaje dentro de una botella.

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En la imagen 16 he hecho una comparativa entre la imagen tomada en octubre de 2022 y la obtenida por Mariano Serena en noviembre de 1987. En esta última el acta se colocó sobre el tapón de la jarrita

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Las medidas de la jarrita son estas: 8 cm de altura, 6 cm de anchura, 3 cm de altura del cuello, 2,5 cm de anchura de la embocadura del cuello y 18 cm de circunferencia en la zona más sobresaliente de su fondo. El espesor del vidrio a nivel de la embocadura es de unos 2 mm. Las imágenes 17 a 19 dan fe de la toma de estas medidas.

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La transiluminación de la jarrita por medio de uno de los focos portátiles preparados para este momento nos muestra que el color meláceo oscuro de la pieza da unos tonos púrpura que se advierten sobre todo en el extremo del cuello (Imagen 22). La delicada elaboración de las asas de la jarrita pueden apreciarse en la imagen 23. Son dos añadidos a la pieza de vidrio soplado que le aportan un elegante perfil.

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Tras el detenido examen y documentación de esta jarrita de vidrio, el interés de todos los presentes recayó en el acta de consagración. Con sumo cuidado se procedió a desenrollarla advirtiendo en ese momento dos circunstancias. Una la de su deterioro por presentar numerosas zonas de pérdida de material alrededor de las cuales el pergamino es muy frágil. La otra circunstancia fue constatar la presencia de insectos en el acta, uno de los cuales estaba vivo y por el aspecto corresponde a una larva de antreno (antrenos museorum o escarabajo de las alfombras) de apenas un par de milímetros de longitud. Este aspecto es preocupante puesto que esos pequeños escarabajos y sus larvas atacan a todas las formas desecadas de piel, cuero, seda, tejidos, etc. por lo que son especialmente temidos en las colecciones de los museos (Imagen 30)

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El acta de consagración, elaborada en un fragmento de pergamino, se desplegó cuidadosamente entre dos hojas de cristal antireflejos para poder ser documentada. Sus dimensiones son de 20 cm de longitud y de 5 cm de altura en su lado izquierdo y de 4,4 en el derecho. La imagen 25 es activa y cliqueando sobre la misma se abre a mayor tamaño para poder examinar con detalle la escritura. En la imagen 26 se muestran fotografías de la cara anterior y de la posterior del pergamino en que se realizó el acta de consagración del templo llevada a cabo por san Ramón de Roda, obispo de Barbastro.

Son evidentes las zonas de contornos geográficos de pérdida de material que, con gran probabilidad, se deben a la acción de los antrenos como se ha documentado en este acta. El hecho de que la botellita de vidrio no estuviese adecuadamente sellada ha podido contribuir a este hecho, aunque el proceso de deterioro pudo haber comenzado mucho antes (Creo, como hipótesis de trabajo, que la primitiva teca de madera sufrió un gran deterioro que también afectó al acta de consagración y que por este motivo, en una apertura previa del sarcófago que la contuvo, se reemplazó por la mencionada botellita de vidrio. La aparición de restos textiles, de madera y de material de sellado hablan en ese sentido)

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La imagen 27 es activa. Colocando el cursor sobre la misma se resaltan en diferentes colores los distintos aspectos vertidos en este acta de consagración. Las dos primeras líneas y la mitad de la tercera nos muestran los diez mandamientos, precedidos cada uno de ellos de su número en cifras romanas. A continuación el inicio de los evangelios según Mateo (su nombre está perdido), Lucas, Marcos y Juan (He resaltado en azul "Inicio del santo evangelio según Marcos", etc.). Por fin en las dos últimas líneas y en la mitad de la penúltima se hace referencia al momento de la consagración del templo por san Ramón, obispo de Barbastro. La fecha remite al año de la encarnación: . Mº . Cº . XXº . VIº . kalendas de febrero. Indica que el obispo de Barbastro, Ramón, consagró la iglesia en honor a san Román, mártir y que depositó en el altar reliquias de los mártires san Ramón y san Albino.

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Un detalle de importancia viene determinado por la posibilidad de leer bien la fecha, que en las imágenes previas no era posible. Gracias a ello, Pedro Bardají nos señaló la posibilidad de que el año de consagración no era 1120 como pensábamos sino que hay que pudiera leerse como 1126. De ese modo la consagración habría tenido lugar el 1 de febrero de 1126. La imagen 27a nos muestra la fecha de modo completo, a base de reunir el extremo derecho de la antepenúltima línea con el inicio de la penúltima donde están las dos últimas cifras (VI) de la fecha sobre la cual hay una pequeña "o" al igual que sobre los símbolos M, C y XX, que aunque está parcialmente oculta por una mancha oscura puede advertirse su presencia. (Salvando las abreviaturas: Anno ab incarnacione domini mº. cº. xxº. viº. kalendas febrerii)

Consultado a este respecto con el profesor Alberto Montaner, su opinión (justificada en un libro sobre lipsanotecas del Alto Aragón que -a principios de 2023- está a punto de ser impreso) es que ha de leerse como "el año 1120 de la encarnación del Señor, el sexto día ante las calendas de febrero = 27 de enero de 1121", fecha que por otra parte parece más acorde con lo que conocemos acerca de la vida de san Ramón.

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Para ayudar a la lectura del acta de consagración de la iglesia de San Román, traigo la maravillosa acta de consagración de la cripta central de la catedral de Roda de Isábena, también consagrada por Ramón, obispo de Barbastro en el año de 1125. El esquema que sigue es el mismo: los diez mandamientos, el inicio de los cuatro evangelios (hay una variación y es que en el caso de Roda, Marcos va antes que Lucas), la fecha, el consagrante la advocación y las reliquias depositadas en el altar. (Imagen 28)

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En la imagen 29 muestro la imagen que hasta ahora conocíamos del acta de consagración tomada en 1987 comparándola con la imagen actual de 2022. Gracias a las fotografías actuales hemos podido leer mejor el acta. También vemos que las zonas de pérdida de material han aumentado de tamaño, lo cual es un hecho preocupante.

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Posiblemente los causantes de estos agujeros en el acta de consagración sean insectos como el que cayó al desenrollar el acta. Se trata de una larva de antreno, insecto tremendamente peligrosos para los materiales de los museos y también para este pergamino (Imagen 30). A la vista del deterioro del acta y a pesar de que la la autorización para extraerla contemplaba su reposición inmediata, tras consultarlo con la dirección general de patrimonio, se optó por trasladar lo extraído al museo diocesano de Barbastro para proceder a su restauración y esterilización previas a reponer estos materiales.

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ALGUNOS APUNTES SOBRE EL CONTENIDO DEL SEPULCRO DEL ALTAR DE SAN ROMÁN DE LA PUEBLA DE CASTRO

-CERTEZAS

1121, enero, 27 - La iglesia fue consagrada por san Ramón, obispo de Barbastro, dedicándola a san Román mártir y depositando reliquias de san Román y san Albino, mártires

ca. 1260 - Reformas y ampliación de la iglesia atribuida a Fernán Sánchez, hijo natural de Jaime I y primer barón de la casa de Castro

1987, noviembre - Reformas de la iglesia (sustitución de la solera, apertura del altar, etc.). Primeras fotografías de la botellita y del acta. Testigos presenciales señalan que la loseta que cubre el sepulcro se levantó con facilidad, sin tener que romper ningún sello.

2022, octubre, 21 - Se reabrió el sepulcro comprobando que la cara interna de la loseta que lo cubre posee el dibujo de una cruz con su peana.

Del sepulcro se extrajeron los siguientes materiales:
-La botellita conteniendo el acta de consagración cerrada con un tapón de cera que se ha retirado con facilidad y que no era hermético.
-Un listado de las personas que trabajaron en las obras de 1987
-Restos muy deteriorados de un periódico de noviembre de 1987
-Un fragmento de enfoscado con pintura mural roja con perfiles negros, probablemente del acabado del templo (?)
-Numerosos fragmentos alargados de lo que aparenta ser un mortero fino con sellos. En un primer intento de recolocarlos, perfilan el perímetro de la losa que cerraba el sepulcro. En su periferia poseen abundantes sellos, probablemente de un anillo
-Abundantes fragmentos de lo que parecen restos informes de tejido muy deteriorado
-Varios fragmentos de madera muy deteriorada
-Al desplegar el acta ha caído de la misma un pequeño insecto vivo y sobre la misma se ha localizado otro muerto (el vivo permite identificarlo con una larva de antreno. El muerto está sobre la última palabra del evangelio de san Juan, antes de comenzar con Anno ab incarnationis…)
-El tapón de cera que la cierra no es hermético y se ha extraído sin necesidad de hacer fuerza. Prácticamente ha caído solo al invertir la botella.
-El acta, con los deterioros que se advierten en las imágenes y que son algo superiores a los documentados en 1987, no pose signos de haber sido plegada

 

-HIPÓTESIS:

-Es probable que en una primera consagración, correspondiente al acta recuperada, se depositase en el sepulcro una teca de madera (que por las dimensiones del sepulcro podría haber medido un máximo de 16 x 9 x 8 cm) conteniendo el acta y quizá un fragmento de textil protegiendo las reliquias de los santos mártires Román y Albino. El tamaño de la supuesta teca pudo haber permitido depositar el acta sin plegarla.

-En un momento posterior se abrió el sepulcro, acaso durante alguna restauración del XIII o XIV y probablemente a la vista del mal estado de la teca, que condicionó el deterioro del acta de consagración, se sustituyó por una botellita de vidrio como contenedor de la misma. Los restos de la teca original de madera así como los restos textiles se depositaron en el fondo del sepulcro que fue cubierto con la loseta con el dibujo de la cruz y sellado con el mortero en el que se realizaron varias improntas de un anillo de sello. Es probable, puesto que no han aparecido, que las reliquias óseas fueran bajadas a la parroquial.

-En la restauración de 1987 se extrajo el acta de consagración para fotografiarla al igual que la botellita, para luego recolocarlas con el añadido del listado de los operarios y un periódico de ese momento.

-Lo señalado pone en duda que la botellita de vidrio sea el contenedor original del acta de consagración. Por la cercanía al yacimiento de Labitolosa pensé en la posibilidad de un vidrio romano, aunque hay opiniones de que pudiera ser andalusí. Un análisis de expertos nos dará luz sobre ese punto.

 


Huesca; 2 de noviembre de 2022

Antonio García Omedes,

de la Real Academia de San Luis


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