LA GUÍA DIGITAL DEL ARTE ROMÁNICO

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EL CRISMÓN DEL CASTILLO DE LOARRE


Creo que mis amigos ya sabéis que me gusta el Castillo de Loarre. Me gusta por muchos motivos. Por su historia; por su arte; por su situación dominante del paisaje; porque nunca acabas de comprenderlo del todo; por su magia; porque una vez allí puedes dejar vagar la mente y pensar en libertad; porque siempre encuentras amigos que te reciben con una sonrisa; porque te permite aventurar hipótesis acerca de sus viejas piedras...

No hace mucho tiempo que un amigo, al que también le apasiona el Arte Románico y que además lo traduce en cerámica con una habilidad pasmosa, me regaló una reproducción del crismón existente sobre el acceso a la cripta de Santa Quiteria en la iglesia de San Pedro. Lo tengo delante de mis ojos mientras trabajo imágenes y preparo textos. Quizá por eso me ha hecho reflexionar sobre su arcaica hechura y sus enigmáticos símbolos. Autores de prestigio (Antonio Durán Gudiol; Ángel San Vicente Pino o Francisco Matarredona Sala) han apuntado hipótesis acerca de su significado; y a pesar de ello no me resisto a "diseccionarlo" desde lo ya leído pero con la lógica como principal herramienta.

El crismón es básicamente un monograma del nombre de Cristo muy repetido desde la antigüedad. Su origen se remonta a tiempos del emperador Constantino el Grande en el siglo III de la era cristiana. Su aspecto lo conforman las dos primeras letras en griego del nombre de Cristo: "X" y "P" ("Gi" y "Rho"). Con el tiempo se le añade la última letra del nombre, la "S" por lo general enroscada en su radio inferior. Durante un tiempo se pensó que era ese símbolo el que le aportaba el carácter de "trinitario" por referirse al Espíritu Santo; pero hoy no se acepta tal punto de vista.

Los símbolos apocalípticos "alfa" y "omega" primera y última letras del alfabeto griego, aparecen de modo temprano en el icono, colgando de los extremos superiores de la símbolo "X". Aluden a Cristo como "el principio y el fin".

También se ha expresado el crismón -su equivalente- bajo las letras: "XPS", con idéntico significado a lo descrito; "PAX" como consecuencia lógica de la "catequesis" epigrafiada en el crismón de la catedral jaquesa ("P es el Padres, A el hijo y X el Espíritu Santo") y refrendado por esas tres letras, invertidas para usarse como sello, en un anillo hallado en la necrópolis real de San Juan de la Peña.. También la combinación "IHS" como abreviatura del nombre de Cristo en griego, romanizado como "IHCOYC XPICTOC" trocando la letra "sigma" por "C"

 

Es frecuente la utilización de monogramas para definir las cecas en las monedas visigodas como se ve en el cuadro superior correspondiente a un detalle de "En torno a la moneda visigoda". Mª Ruiz Trapero. Univ. Complutense de Madrid. Documenta & Instrumenta I (2004). PP. 179-201.

También se hallan monogramas en joyas como el anillo del final de la pagina recogido en la excavación del cementerio de época visigoda en la villa tardorromana de Santa María de Hito (Valderredible. Cantabria) (Tomado de "Proyecto Mauranus")

Símbolos o signos epigráficos dispuestos en forma de cruz, conformando un verdadero "logo", como ocurre con el que define al emperador Carlomagno, mostrado bajo estas líneas. Reúne en el modo descrito las letras del nombre del emperador: "Karolvs"

En la moneda de hechura bizantina del príncipe de Sicilia Tancredus de Hauteville acuñada entre 1104 y 1112 en Antioquía se muestra en el anverso una cruz y en sus cuarteles las letras IC - XC y NI - KA. Las dos primeras, superiores corresponden a la primera y última letra de IHCOYC y a la primera y última letra de XPICTOC. Bajo ellas el lema "NIKA", referente a la victoria. El conjunto equivale a "Jesucristo es victorioso" (Fuente: "tesorillo.com")

Después de las ideas mostradas, cuando de nuevo volvemos los ojos al crismón de Loarre podemos verlo con otros ojos. Quiero decir, que si se analiza "por partes" podemos encontrar un Crismón cristológico en el que solo hay X y P; o acaso X, P y los símbolos alfa y omega.

 

Considerando la cruz central con letras en sus extremos, al modo de los anagramas visigodos o carolingios, vemos una letra grande en cada extremo de radio: P, S, R y E.

Un paso más eliminando unos elementos o resaltando otros nos da la imagen de tan solo cuatro letras, colocadas una por cuadrante si consideramos la cruz central: D, N, I, H. En vez de considerar cuatro, podemos hacerlo con seis si se añaden aquí alfa y omega.

 

Tras ver el crismón descompuesto en sus variaciones, y a tenor de lo visto hasta aquí, la lógica me dice que estamos ante un intento de reunir en una sola pieza el modo de hacer bizantino de los monogramas, con el sencillo crismón cristológico, y el añadido de iniciales realzando el nombre de Cristo.

D, N, I, H equivalen a "Dominus Noster IHcoyc"; mientras que en la serie P, S, R y E como extremos de una cruz/monograma, la "P" vendría impuesta por ser compartido el radio con el del crismón y S, R y E pueden hacer alusión a "Sancta Romana Eclesiae" lo cual no sería nada extraño dada la afinidad de Sancho Ramírez por el poder del papa de Roma al que se acoge y del que se hace vasallo usando este extremo como seña de identidad diferencial.

Hay otras interpretaciones, cultas e ingeniosas; pero que a mi modo de ver son excesivamente rebuscadas, en especial porque el símbolo para cumplir su función debe de ser sencillo, comprensible y unívoco.

Loarre nos va a seguir sorprendiendo y tan solo desde la observación, el conocimiento y la lógica podremos al menos aproximarnos a sus muchos misterios.


Este trabajo lo subí a la red en junio de 2013. En 2016 se han publicado los dos primeros tomos de la Enciclopedia del Románico de la Fundación Santa María la Real de Aguilar de Campoo dedicados a la provincia de Huesca y en el primero de ellos en el capítulo de "Estudios" publica Juan Antonio Olañeta un magnífico trabajo moográfico sobre el crismón pirenáico románico. En el apartado dedicado al crismón de Loarre, confirma mi punto de vista expuesto en este artículo, así como la lectura de "Sancta Romana Ecclesia" quedando la lectura íntegrá así: D(ominus) N(ostris) IH(esus) X(ristus) alfa y omega S(ancta) R(omana) E(cclesia).

Olañeta lo señala como el primer crismón aragonés labrado en piedra y lo relaciona con el viaje de Sancho Ramírez a Roma en 1068, de donde posilemente trajo la imagen como motivo de vasallaje al papado, situando su escultura hacia 1070.


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