La sala capitular es una de las piezas de gran importancia
en cualquier monasterio. Lugar de reunión de los monjes y donde
se tomaban las decisiones de trascendencia o se impartía justicia
y penitencia dentro de la comunidad. También solía ser lugar
de enterramiento de los abades. Durante mucho tiempo
este espacio estuvo tabicado, como puede advertirse en fotografía
antigua mostrada abajo a la derecha. En la reforma del museo se ha recuperado
este espacio permitiendo contemplar la cara interna de los capiteles
que conforman sus vanos así como el artesonado de madera con decoración
que lo cubre.