Deberíamos de estar ya "al cabo de la calle"; pero en esta
batalla de "tonto el último", uno no sabe ya cuál puede ser el siguiente capítulo
de este culebrón encabezado por el díscolo ciudadano Ciuraneta.
Quizá busque la palma del martirio -en la iglesia independentista,
claro- y ser inmolado por la
presión de la bota centralista hispano-romana, que de tanto pisotear, debe
de estar ya para poner medias suelas.
¡Oigan, que ya esta bien!. Que somos muchos quienes peinamos canas
y no hemos gastado nunca botas ni pisoteado derechos. Es la generación del chandar y las deportivas la que
estamos mosqueándonos con tanto tira y afloja. Y las cuerdas a veces se rompen.
Mal ejemplo de quien debería de darlo. Mal camino para un predicador
y para la Iglesia que dice representar. Nos hace mucho daño a todos.
Pero esto acabará. Y el problema, a mi juicio, no es solo de empecinamiento
acerca de la ubicación de los bienes de unas pocas parroquias de Aragón.
El problema radica en que nos están "guardando" también
otras cositas; porque nosotros incultos aragoneses no estábamos en condiciones de apreciar su valor.
Y que con estas llaves se puede
abrir el camino para que
"vuelvan a casa" nuestras
PINTURAS DE VILLANUEVA DE SIGENA (monasterio que se está acondicionando en la actualidad...)
a las que reservo ya hace años espacio para la bienvenida.
Por no hablar de los
ARCHIVOS DE LA CORONA DE ARAGÓN. Aragón
¿Le suena? Ese viejo reino que es como el pariente pobre, que como no se sabe valer le salen primos segundos
que miran por sus cosas antiguas, no vaya a ser que se malmetan...
De verdad, Erik el Belga era un aficionado. Pero un aficionado que cuando
vio la cosa fea, devolvió parte de lo trincado y de paso regaló algún cuadro suyo mosén
Limiñana, por el disgusto. No debía de pretender palmas.
¡Vayan ustedes, guardianes de lo mío, de la mano y en comandita
a hacer punyetas!. A mi me aburren
"ad nausea".