LA GUÍA DIGITAL DEL ARTE ROMÁNICO

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ALGUNAS NECRÓPOLIS MEDIEVALES EN EL ALTO ARAGÓN - SAN GIL DE LUNA


 

San Gil de Luna es un excepcional templo cincovillés que nos ha permitido rastrear la llegada a Aragón del arte hispanolanguedociano en época de Alfonso II, cuando fue señor de la Provenza (1168) consagrándose el templo en 1170 bajo la advocación de dos santos provenzales (san Gil y san Ginés de Arlés) cuyas hagiografías podemos ver en sendos grupos de capiteles de su arco triunfal labrados por un incipiente maestro de Agüero/San Juan de la peña.

Desde hace 20 años vengo siguiendo este templo, estudiándolo bajo todos sus aspectos y viendo cómo se detectaron importantes problemas de cimentación que afortunadamente, desde la primavera de 2019, están en vías de solución. La existencia de una necrópolis de tumbas excavadas en la roca, tanto en su entorno como en su interior, es una circunstancia conocida de antiguo. Hay tumbas visibles entre su lado norte y el talud y cuando se levantó el pavimento interior para colocar una solera de cemento (que ahora nuevamente se retira) se constató la existencia de un grupo numeroso de tumbas medievales antropomorfas excavadas en la roca que sustenta al templo.

En la primavera de 2019, una vez detectado el problema de la placa rocosa que sustenta el templo y en la que se halla la necrópolis, se iniciaron trabajos de pilotaje del terreno pala consolidar los estratos rocoso impedir su movimiento y estabilizar la edificación. El proceso comenzó con una prospección arqueológica destinada a la detección de las tumbas existentes en la periferia del templo a fin de no dañarlas en las tareas de perforación del estrato rocoso para introducir vástagos metálicos y cemento.

Una vez localizadas y señalados los lugares en los que realizar perforaciones con círculos rojos o estacas, se protegieron los vestigios arqueológicos cubriéndolos con geotextil y tierra a fin de retomar su estudio arqueológico tras la prioritaria fase de consolidación del terreno. Algunas de las tumbas aparecidas no fueron del tipo de excavadas en la roca sino que también existen otras que fueron delimitadas y cubiertas mediante lajas de piedra.

Heraldo de Aragón de 30-08-2020 publicó la imagen del interior de la cabecera ya excavada tras retirar el pavimento de cemento y el encanchado que se colocó para cubrir la irregularidad de la base del terreno y las tumbas allí existentes. Está en curso un trabajo arqueológico supervisado por la DGA, cuyas conclusiones e informe espero sean publicadas para poder conocer más detalles sobre este interesante templo que no para de proporcionar sorpresas.

Gracias a la información del cuerpo técnico que lleva a cabo la consolidación y restauración del templo, he tenido noticia de que la grieta principal detectada al exterior ("A", en el esquema inferior) apenas penetra en el interior, pero al llegar hasta la roca base se han detectado otras dos grietas: "B" y "C", una en la parte posterior de la nave y otra transversal en la cabecera que serán convenientemente "cosidas" como parte de la estabilización del terreno de asiento de esta iglesia.

Tenemos un importante número de tumbas antropomorfas, al menos 18 en el interior del templo además de las ya reconocidas en el exterior y las que falten por detectar. Al exterior, la mayor parte están excavadas en la roca conformando perfiles muy cuidados y rectilíneos, bañeras, antropomorfas con cabecera cuadrada o de herradura e infantiles además de otras delimitadas con lajas de piedra por estar situadas por encima del estrato rocoso. Varias de las tumbas del interior (según apreciación del cuerpo técnico vertida en sus informes) se hallan por debajo de los paramentos del templo lo que nos dice bien a las claras que la necrópolis del interior es previa a la edificación del mismo. Por otra parte, la diferente morfología, tamaño y acabado de algunas de las tumbas del exterior (una de ellas con su cubierta plana delicadamente biselada en los extremos) sugiere -a la espera de un adecuado estudio arqueológico- un momento posterior, quizá ya en relación con este magnifico templo cincovillés.

Además de en San Gil, también en el entorno de la iglesia de Santiago de la Corona (Imagen inferior) hay tumbas antropomorfas en esta villa, señalando en su conjunto a una población cristiana estable, de repoblación, como se viene definiendo a la ocupación del territorio entre los siglos IX y XI.


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