El poderoso
rey Sancho ya vasallo del Papa y rey de aragoneses
y pamploneses, tras acometer la construcción
de su ciudad real a la vuelta de Roma crea el Obispado de Jaca y designa
a su hermano el infante García como obispo (Ver árbol genealógico). Es en 1077 cuando decide
crear su ciudad al modo romano: cardo y decúmano, amurallamiento
del recinto y traslado de su palacio desde el castro real (las Benitas)
hasta una zona más céntrica (la Torre del Reloj). Pero si hay obispo ha
de haber catedral y sobre la obra iniciada por su padre acomete la construcción de la Seo Jaquesa,
poco a levante de donde se alzaba la primitiva iglesia de San Pedro "el
viejo", así llamada para evitar confusiones en su nominación.

Una primera
etapa constructiva se fija entre 1076 y 1082, comenzando por la cabecera
y estando ya definida su planta
basilical de tipo rectangular sin transepto
saliente, moda que se repetirá en Frómista, Silos, Arlanza, Dueñas..
(En contra de esta cronología se alza la inscripción de Iguacel,
templo datado en 1072 y redecorado al estilo jaqués lo cual implica que Jaca
y su estilo ya eran un hecho para esas fechas).
(He de advertir que
la cronología de Jaca así como la fecha de Iguacel están
en constante revisión por los autores académicos, que en muchos
casos "arriman el ascua a su sardina" proponiendo fechas que permitan
primacías a unos templos sobre otros. Histórico y ya atrasado
es el debate de Frómista/Jaca. Iguacel, con su fecha de 1072 es un
incordio para los investigadores que tratan de acomodar este hecho irrefutable
con la actual situación global de la cronología de este primer
momento del románico pleno. En ello está y pronto sacará
su artículo, el profesor Martínez de Aguirre. También se encuentra elaborando un libro sobre Jaca el profesor Bango Torviso planteando una cronología muy temprana para la catedral, lo que puede -y debe- hacer replantear la cronología dada por buena para el arte románico peninsular. -libro publicado en diciembre de 2020-)
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En 1075 se había
iniciado Santiago de Compostela y en 1080 la primera catedral de León. En 1082,
el perímetro de la catedral está acabado,
así como la mayor parte de sus ábsides; pero debido al enfrentamiento
del obispo-infante García con su hermano el rey Sancho; las obras
se paralizaron por completo. Detrás de esta mala relación,
se piensa que estaba la condesa Doña Sancha de la que se dice era
"una de las mentes más intrigantes
del reino".
En septiembre
de 1082, es grande el prestigio de la condesa. El rey le encomienda la presidencia
del monasterio de Siresa y al poco le arrebata a García el Obispado
de Pamplona para encomendárselo también a Sancha.
La cuestión
era de enfrentamiento de García y sus partidarios a la intromisión
de intervención extranjera en asuntos del reino por la que abogaban,
en clara tendencia "europeísta", la condesa Sancha y el
Rey quienes a la postre triunfaron posibilitando a la Santa Sede el control
espiritual del reino y el cambio del viejo rito hispano mozárabe
por el oficial de Roma. Cluny halló de esta forma muy favorecida
su tendencia expansiva a través de territorio hispano.
García
muere en Julio de 1086 en Anzánigo. A su muerte fue llevado a la
cripta de la iglesia de Sos del Rey Católico; y no sería descabellado
ver en la columna-estatua del lado este, que representa a un obispo, la
imagen de su persona. Le sucedió el obispo Pedro de Jaca, procedente
de San Juan de la Peña.
Entre 1086
y 1099 las inversiones reales se destinan hacia la construcción de
Montearagón (comenzada en 1093) y la continuación de las obras
en Loarre; obra predilecta de García e iniciado en su fase plena
después de 1071.
Asimismo
se trabaja en la iglesia superior de San Juan de la Peña, consagrada
en 1080.
Una segunda
etapa constructiva, entre 1104 y 1130, reinando Alfonso
I, permitió la conclusión de la
fábrica y su decoración escultórica. En esta etapa
trabajo el "Maestro de Doña Sancha", quien también
dejará obra en Santa Cruz de la Serós. Tras
su conclusión hacia 1130 languideció en su actividad al
trasladarse los centros de poder hacia el sur. El obispo residía
en Huesca y sólo de forma esporádica acudía a Jaca.
La imagen
2 muestra la cabecera de la catedral desde la
plaza Biscós, llamando la atención el desproporcionado ábside
central que se erigió a partir de 1790 tras derribar el románico
original "para evitar filtraciones y humedades" y aumentar el
espacio del coro (que era en realidad la verdadera razón de esta
obra). Para dicha
reforma se contó con el cartujo fray Manuel Bayeu y Subías
quien decoró sus muros laterales y la bóveda con escenas de
la vida de su titular. Los canecillos son los originales del ábside
central que fueron reutilizados.
La catedral
de Jaca al estar rodeada de edificaciones tiene pocas perspectivas. En la imagen
1 se aprecia su fachada sur con la Lonja Chica
abierta a la plaza del mercado. En el lado izquierdo de la puerta, está
cincelada la medida denominada "vara jaquesa" al igual que ocurre
en la plaza del mercado de Sos del Rey Católico o a la derecha de
la portada de Santa María en Uncastillo. Podemos apreciar en esta
perspectiva los diferentes niveles de nave lateral y central así
como la clara línea entre la zona original de la nave sur y del porche
y sus posteriores recrecimientos. La lonja chica es una edificación
posterior al templo, reutilizando para la misma materiales del claustro
catedralicio. Se halla protegiendo del clima local la portada sur del templo
que se halla en un cuerpo ligeramente adelantado.
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Las
imágenes 3 a 6 muestran el magnífico
ábside sur, único que permanece original de la construcción
de la catedral. Su decoración es del Maestro de Jaca. Se estructura
en tres niveles horizontales,(Imagen 4)
separados por moldura de ajedrezado jaqués que corre bajo el nivel
de la ventana, y continuando los ábacos de los capiteles. También
orla el medio punto de dovela y baquetón de la ventana y el remate
del tejado sostenido por canecillos decorados y con metopas bajo el alero.
Una columna
adosada de basa ática, capitel corintio y fuste liso, que apea sobre
una pilastra a nivel del tercio inferior del ábside, articula sus
tres niveles. Probablemente hubo otra al lado norte de la ventana que
quizá desaparecería al rehacer el ábside central.
La ventana
que centra el ábside es prototipo del ventanal jaqués flanqueado
por dos columnas rematadas en capitel como si una pequeña portada
fuese. El capitel sur es de entrelazo,
que surge de las fauces de un león en la esquina. El norte, peor conservado, muestra una lechuza.
Son estas unas poco conocidas
vistas del templo. Hay que salir desde el espacio destinado a Museo Diocesano
al lugar del antiguo claustro para poder contemplarlas. Se aprecian los amplios
ventanales de su fachada norte; por encima de los cuales corre -sustentada
por canecillos- la primitiva cornisa. Quedó incluida en el muro,
al elevarlo para realizar la bóveda de crucería actual. (Imagen
8). Es destacable es asimismo
el brazo norte del crucero con su gran ventanal (Imagen 9).
En estas tomas se advierte
que los brazos del crucero no sobresalen de la línea de fachada de
la nave norte. La planta de cruz del templo solo es apreciable sobre los
planos del mismo. (Algunos
datos, son extractados de "Las Catedrales de Aragón". Ibercaja.
1987)
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A los pies del templo encontramos
su porche de acceso, penitencial, que encaminaba a los fieles a través
de sus cinco grandes vanos hacia la portada principal sobre la que el crismón
les instruía con su texto sobre este aspecto. Con el devenir del tiempo,
tres de los vanos se han cegado permaneciendo con su luz el de poniente
y el adyacente al lado sur. Sobre esta estructura que no debió de
sobrepasar en altura a la de la nave central se erigió en fechas
tardía la recia torre campanario advirtiéndose con claridad
el cambio de materiales de las distintas fases (Imagen 11).
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Hay un ábside de la catedral de Jaca del
que apenas se habla y del que poca gente tiene conocimiento.
Me refiero al exterior del ábside norte
del templo que se halla rigurosamente escondido tras el renovado
y magnificado ábside central y guarecido tras una verja
que impide el acceso al mismo así como un arbolito que
lo oculta a nuestros ojos.
Hay quien dice que todo ello son circunstancias
favorables dado que la estética del exterior de este ábside,
en su conjunto y a primera vista, deja mucho que desear.
Varias hiladas de placas pétreas escalonadas
en sentido horizontal son las culpables de este aspecto.
La causa de este "acabado" se debe a
que al eliminar la edificación que había adosada
al exterior del ábside se advirtió que el acabado
exterior del mismo, sus sillares habían sido desmontados
para realizar esa obra. Quedaba pues el núcleo del paramento
absidal descarnado y desprovisto de sus sillares externos.
Una solución "de compromiso",
que no invalida la posterior revisión y acabado de esta
zona, fue el colocar estos aplacados para cubrir el defecto y
aportar una protección ante la meteorología.
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Hablo de solución "de compromiso"
por lo reversible de la misma, dado que los aplacados están
tan solo presentados por delante del núcleo descarnado
del ábside, apeando unos en otros y fijados tan solo por
vástagos metálicos. Queda una cámara entre
ambos elementos, como puede verse en la imagen de la derecha.
La actual situación no invalida un posterior
acabado con materiales y formas más acordes con la estética
del monumento, si se llegase a tomar esa decisión.
A la vez que se realizó esta actuación
se efectuó una cata en la base de las uniones entre este
ábside y el central, para ver si en esta zona el central
poseía tramo recto o arrancaba directamente con semicírculo.
El agujero de la cata a través de la que puede verse esta
circunstancia se señala en la imagen superior con una flecha
amarilla.
A través del mismo se puede observar sin
lugar a dudas que desde ese punto arranca el basamento del ábside
central formando un semicírculo, sin que haya tramo presbiteral
recto al exterior.
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En cuanto a las hechuras
formales de lo original que resta del ábside norte al exterior, se
advierte que es muy similar a la base del ábside sur, como era lógico.
Es un arranque en ambos casos tosco, a base de sillares menos elaborados
de lo que veremos por encima de la moldura ajedrezada. Menudean los sillares
a tizón. No hay marcas de cantería.
En fin que hay un arranque
en ambos ábsides laterales al exterior, diferentes a lo que veremos
en altura correspondiente al "románico pleno". Y es que
el planteamiento de la catedral de Jaca se realiza con un esquema edificativo
lombardo. Hacia ello apuntan las lesenas que decoran ambos ábsides
y que en altura se transformarán ya en columnas clásicas (En
la
colegiata de San Isidoro de León, o en San
Martín de Frómista, las columnas arrancan ya desde el
basamento inferior, porque el planteamiento ya fue de "románico
pleno" desde el principio.)

Otros datos que abogan
hacia este primer planteamiento lombardo del templo son el ritmo de soportes
al interior que separan las naves. Alternan pilares de sección cruciforme
con pilastras circulares, en un ritmo que es lombardo (A un tramo de bóveda
de arista en la nave central corresponden dos de similar hechura en cada
una de las laterales. Ello explica las triples esquinas de los pilares cruciformes
centrales de Jaca. Luego el arquitecto no osó voltear las bóveda
planteadas, abortó las triples esquinas en altura y cubrió
con madera, edificando ya muros laterales más ligeros y sin elementos
receptores de bóvedas de arista en las laterales).
("Precedentes
musulmanes y primer arte cristiano". Actas del congreso "Las Cinco
Villas aragonesas en la Europa de los siglos XII y XIII". Bernabé
Cabañero Subiza - Universidad de Zaragoza. Institución Fernando
el Católico 2007)
También la forma
de embocar las cabeceras con sus respectivas naves, carentes del característico
arco triunfal benedictino, forma habitual en el modo de hacer lombardo.
Ello encaja con las dobles
columnas adosadas a posteriori en las uniones de las cabeceras, que rematan
en altura con "capiteles
con suplemento" formados por uno entero y la porción superior
de otro para lograr una altura coherente con el módulo de trabajo
del Maestro de Jaca en cuyos capiteles apean los torales que saltan de
cabecera a naves. Más adelante ofrezco detalles de este dato.
En fin, que el exterior
de este ábside norte, a pesar de su poco agraciada estética
actual -reversible- aporta sustanciosos datos acerca de la antigüedad
real del comienzo de Jaca. Bernabé Cabañero en el artículo
arriba citado señala el estilo lombardista de las primeras siete
hiladas de este ábside norte que luego continúa al igual
que la base del sur con aparejo del primer arte jaqués. Para él,
el templo se inicia en la base del ábside norte continuando luego
ya con otro ritmo en el sur a la vez que se edifican los dos pilares cruciformes
centrales - de triple esquina-. Define la situación en ese momento
como un verdadero "caos edificativo", con varios proyectos en
marcha, variándose al compás de las circunstancias. Templo
con magnífica escultura, referente en el momento, inmerso en un auténtico
caos edificativo.
En el esperado libro del profesor Bango Torviso (Fundación SªMª la Real, Aguilar de Campoo, Palencia, 2020) este investigador se posiciona a favor de un comienzo edificativo precoz de la catedral de Jaca. Sostiene que el inicio es obra del rey Ramiro I bajo cuyo reinado se alzaron y cubrieron los ábsides, se iniciaron lo muros laterales y el hastial de poniente, dando credibilidad a la parte auténtica de los documentos falsos no considerados por Ubieto. ("para que un documento falso pase por verdadero, ha de tener una parte importante de verdad, o de lo contrario no sería considerado como auténtico"). Con la innfeudación del reino en época de su hijo Sancho Ramírez, el templo iniciado en clave arcaica se continuó bajo el modo del nuevo arte, el románico. Por otra parte da crédito a la epigrafía de Iguacel, según la cual esa iglesia se terminó en 1072, tomando a Jaca como modelo especialmente en lo escultórico.
A lo largo de
dos meses de la primavera de 2012 he desarrollado un trabajo consistente
en recoger fotográficamente todos los muros y bóvedas de la
catedral con fotos de gran resolución mediante teleobjetivo de 400
mm digital. Gracias a ello he podido repasar sillar a sillar , detectar
marcas de cantero, recopilarlas en una tabla estadística y proyectarlas
en alzados y plantas del templo, lo cual permite obtener algunas conclusiones
de interés:
MARCAS
DE CANTERO EN LA CATEDRAL DE JACA: UN APOYO PARA LOS HISTORIADORES
Como resultado "colateral"
de este trabajo, ha surgido la sorpresa de encontrar en la moderna cabecera
central del templo hasta seis piezas escultóricas repicadas y recolocadas
correspondientes sin lugar a dudas a un zodiaco que probablemente decoró
las metopas del desaparecido ábside central original:
CATEDRAL
DE JACA: EL ZODIACO DE SU ÁBSIDE CENTRAL
Para tener una
idea de conjunto del valor del entorno de Jaca y de los mejores detalles
de su singular edificio románico puedes descargar o ver esta presentación:
JACA: ARTE Y TERRITORIO
Una idea general
de la Ciudad de Jaca se puede obtener con esta pagina monográfica:
JACA
LA CAPITAL DE UN REINO