LA GUÍA DIGITAL DEL ARTE ROMÁNICO

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LOARRE: TRES LIPSANOTECAS PROCEDENTES DE SAN ANDRÉS DE FANLO

Y OTRAS RELIQUIAS


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En la parroquial de Loarre se guardan las arquetas de reliquias del castillo así como sus dos tallas románicas. En un artículo anterior ya las mostré y comenté. En las imágenes 1 y 2 aparece la menor de las dos arquetas que es la de mayor antigüedad de ambas. Imágenes de detalle de la misma pueden verse en este otro artículo. Por dos veces he tenido el privilegio de poder fotografiarlas en detalle gracias a la amabilidad de mosén Arturo, el párroco de Loarre. Una en octubre de 2002 y otra en julio de 2013. Muestro a continuación detalles de su contenido y una aproximación al mismo.

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En las imágenes 3 y 4 aparecen los elementos sueltos depositados dentro de este arqueta: una serie de reliquias constituidas por diversos huesos humanos, algunos enteros y reconocibles (una vértebra lumbar, un astrágalo derecho y media mandíbula inferior izquierda) y otros fragmentados de diversos tamaños. Junto a ellos en un verdadero totum revolutum, cinco pequeños pergaminos con inscripciones de las cuales tres corresponden con lo escrito al exterior de las tres lipsanotecas que veremos más adelante, otra alargada haciendo alusión a reliquias de San Demetrio y San Jerónimo y una más, arrugada e ilegible. También un pequeño fragmento de cantoral.

Junto a estos elementos descritos, el arqueta pequeña contiene tres lipsanotecas. Tres cajas de consagración que según A. Durán Gudiol pudieron haber sido las que se usaron para consagrar los altares de las tres iglesias del castillo de Loarre:

"También es de madera y chapas de plata (sic) y asimismo del último tercio del XI, aunque no es románica sino musulmana la segunda arqueta, la pequeña, de Loarre. Las chapas están grabadas con buril en surco profundo, presentando tallos entrelazados, hojas y flores. Ha perdido el nielado, que seguramente tuvo así como probablemente la inscripción de la tapa que habrá sido recortada y mal encajada en el cuerpo de la caja. Íñiguez descubre en su decoración cierta semejanza con la biblia mozárabe de San Juan de la Peña, motivo que le induce a fecharla en el último tercio del siglo XI. Dentro de esta segunda arqueta relicario se conservan tres cajitas de madera toscamente tallada, con inscripciones a tinta en letra visigótica minúscula, que anotan la identidad de las reliquias conservadas en cada una de ellas. En la primera, de San Victorián -reliquie sancti uicurianii- ; en otra, del Sagrado Cuerpo del Señor, de Santo Tomás Apóstol y de San Victorián -reliquie sacri corpori domini / sancti mikael, sancti Tome apostoli / sancti uictoriani confessoris, lleva escrito en tres líneas -. y en la tercera de san Salvador, Santa María virgen y santo Tomás apóstol -reliquias sancti salbatoris /et de sancta maria birginis / et de sancti Tome apostoli-, escrito también en tres líneas. La factura de las cajitas y las menciones a las reliquias del Cuerpo del Señor y de San Salvador indican que fueron destinadas a ser enterradas en altares consagrados, probablemente en los de las tres iglesias del castillo: cripta, san Pedro y castillo prerrománico. Sabido es que en las consagraciones de altares se escondían dentro del arca del ara cajitas semejantes con reliquias de santos y hostias consagradas.("El Castillo de Loarre". A Durán Gudiol. Guara Editorial pp.: 60-61, 1981)

De nuevo recurro a Don Antonio, magistral conocedor de nuestra historia medieval. Desde las páginas de su libro titulado "El Monasterio de San Pedro de Siresa" editado por la Diputación General de Aragón, pag.: 104, 1989 dice:

"La presencia de los monjes de Asán en Serrablo no se acusa en la titularidad de iglesias, pero si en la veneración de reliquias de San Victorián en San Andrés de Fanlo, donde se guarda un relicario de fuste, en cuyo interior había "vi alios reliquiarios petitos de fuste sigillatos cum reliquiis". El documento que da la noticia no aclara la identidad de tales reliquias. Sin embargo, es seguro que tres de los reliquiarios petitos de Fanlo se conservan actualmente en la iglesia parroquial de Loarre. Son tres cajitas de madera con los títulos de las reliquias de cada una escritos en minúscula visigótica del siglo X. En la más pequeña se lee "reliquie sancti visctoriani"; y las tres lineas de la mediana rezan "reliquie sancti corporis domini sancti mikael sancti thome apostoli sancti victoriani confessoris". Habida cuenta de la historia de la canónica de San Pedro de Loarre, no es difícil descubrir el itinerario de las reliquias de San Victorián: del monasterio mozárabe de San Martín de Asan se trasladaron a Fanlo y de este cenobio a la abadía de Loarre, cuyo primer prelado fue precisamente el fanlés Jimeno, intitulado a fines del siglo XI "Abad de Montearagón, Loarre y Fanlo".

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La imagen 6 muestra la primera de las tecas (siguiendo la disposición de la imagen 5 leída de izquierda a derecha) y su pergamino coincidente. Puede leerse "reliquias sci salbatoris / et de sca maria birginis /et de sci tome apoli" (reliquias de san salvador / y de santa maría virgen / y de santo tomás apóstol). El pequeño pergamino reproduce fielmente la inscripción, incluso conservando el texto dividido en tres líneas.


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La imagen 7 documenta la segunda de las tecas y el pergamino con inscripción correspondiente a la misma: "Reliquie de corps dni / sci mikael . sci tome apli / sci victuriani cofrs" (reliquia del cuerpo del señor /san miguel . santo tomé apóstol /san victorián confesor). La epigrafía en el pergamino modifica ligeramente lo visto en la teca, acaso por ahorro de espacio, pero conservando su esencia.


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En la imagen 8 muestro la tercera de las lipsanotecas con su epigrafía coincidente con la del pergamino situado bajo ella. Esta imagen y las sucesivas son activas y colocando el cursor sobre ellas aparece sobrescrito el texto: + Reliqe sci uicturiani (+ reliquia de san Victorián). El texto en la zona del tercio izquierdo está descolorido ("+ eliqe s") debido a que se deslizó sobre él parte de la cera con la que se sellaban estas cajas de reliquias.


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En la imagen 9 muestro en detalle el pergamino con inscripción "Reliqe s demetrii et sci ihonimi" (reliquia de san Demetrio y de san Jerónimo) no coincidente con ninguna de las tecas y que pudiera corresponder a la gran reliquia de san Demetrio conservada en una urna moderna de vidrio y metal construida en 1780 según refiere Durán Gudiol ("El Castillo de Loarre". A Durán Gudiol. Guara Editorial pp.: 59, 1981). Señala la epigrafía de la imagen 9 que coexisten reliquias de san Demetrio y de san Jerónimo, lo cual no aparece explicitado cuando se habla de la reliquia de san Demetrio.

Una vez más, el Prof. Alberto Montaner me hace unas interesantes observaciones sobre este pequeño pergamino y sobre el siguiente, en que apenas se distingue texto:

" La filacteria en la que aparentemente no hay nada, creo que muestra cierta sombra de escritura. En este caso, podría ser de utilidad emplear la cámara de análisis hiperespectral.

Por otro lado, la filacteria con la mención de san Demetrio y san Jerónimo es muy posterior; está en letra carolina protogótica, lo que nos lleva más o menos al primer tercio del siglo XIII, si bien el trazado de "tr" en "Demetrii" parece imitar el ductus visigótico, por lo que podría estar copiando una filacteria más antigua."


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La imagen 10 es de otro pequeño pergamino en el que hay epigrafía no identificable a simple vista. Aún hay otro pergamino semejante a este, reseco y replegado que no he intentado estirar bajo el cristal para fotografiarlo por miedo a su rotura.

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La imagen 11 es activa. Cliqueando sobre ella se accede a la misma, aumentada para ver mejor los detalles de las tecas. Estas aparecen en el mismo orden seguido hasta ahora. La primera fila vertical corresponde a imágenes de todas las caras de la primera de las tecas mostradas en este trabajo, y así sucesivamente. Por fin, la imagen 12 corresponde a la vista cenital de las tres tecas con sus respectivas tapas retiradas mostrando el hueco destinado a recibir las reliquias.

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En resumen, que las arquetas relicario de Loarre aparte de ser en si mismas un verdadero tesoro artístico, guardan todavía información que espera ser comprendida. Con esta primera aproximación descriptiva de las mismas, relacionándola con los textos de Durán Gudiol ya se pueden sacar algunas conclusiones preliminares de sumo interés, como las siguientes:

-Las lipsanotecas proceden del desaparecido monasterio de san Andrés de Fanlo (que tendría pues al menos tres altares).

-Probablemente sea de la misma procedencia el arqueta pequeña que las contiene y cuya antigüedad es mayor que la de San Demetrio.

-Las tres lipsanotecas debieron de utilizarse para consagrar las tres iglesias del castillo de Loarre: Santa María de Valverde, San Pedro y Cripta de Santa Quiteria.

Monasterio de San Andrés de Fanlo, mozárabe, que desaparece y deja paso a la nueva forma de entender religión y arte bajo el reinado de Sancho Ramírez, gracias a su alianza con Roma.

Creo que dada la trascendencia histórica de estos elementos y el hecho de que se hallen en lugar prácticamente inaccesible, habría que plantearse su traslado al Museo Diocesano para su mejor estudio, conocimiento y difusión.

 

"...Desde los tiempos de Sancho el Mayor fueron constantes las relaciones entre los reinos de Navarra y Aragón y la abadía de Cluny y no sorprende que el movimiento reformista de esta abadía borgoñona fuera bien recibido por el rey Sancho Ramírez, que lo aplicó en 1071 en los monasterios aragoneses de San Juan de la Peña y San Victorián de Sobrarbe, presididos por los abades Aquilino y Grimaldo. La reforma gregoriana, en cambio, impuesta por el cardenal Hugo Cándido, se implantó en los monasterios de canónigos agustinianos situados en la frontera, en las fortalezas de Loarre y Alquézar, cuyas primeras comunidades procedían respectivamente de las antiguas abadías de San Andrés de Fanlo y San Juan de Matidero, bajo la prelacia de los abades aragoneses Jimeno y Sancho. Realizadas las dos reformas en Aragón —ambas incluían la abolición de la liturgia hispánica-, el rey Sancho Ramírez, con cierto talante autocrático que desagradó a la Santa Sede, planeó una reforma diocesana: cesó al obispo Sancho de Aragón (1058) 1075) y al obispo Salomón de Roda (1068-1075), imponiendo en la sede de Sasau a su hermano el infante García (1076-1086), el cual la trasladó a la recién fundada ciudad de Jaca, pero Gregorio VII y el cardenal Ricardo se le adelantaron en el nombramien- to de obispo de Roda con la consagración de Ramón Dalmacio (1076-1094), probable monje ultrapirenaico..." (Monasterios y monasteriolos en los obispados de Pamplona y Aragón en el siglo XI. A. Durán Gudiol. Revista Príncipe de Viana p. 80-81, 1991)


Huesca; 26 de enero de 2017

Antonio García Omedes

de la Real Academia de San Luis


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