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LA GUÍA DIGITAL DEL ARTE ROMÁNICO Webmaster: A. García Omedes - Huesca (España) |
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-FABLO. ERMITA DE FRAGEN (Cont.)- |
![]() ![]() ![]() UTM 30T 733193 4703962 1223 m |
La iglesia es un sencillo edificio del románico rural, suficiente para las necesidades litúrgicas de una reducida comunidad. Mide 14 metros de largo por 6,5 de anchura y su cabecera acaba en ábside semicircular que se halla desviado hacia el sureste unos 45 grados. Sitiada por abundantes bojes que crecen por doquier, no es fácil lograr imágenes de conjunto de la misma, que a duras penas acierta asomar entre la vegetación en su porción superior (Imagen 1).
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La cabecera es la parte mejor conservada de la fábrica original ya que la nave, a pesar de mantener la forma y sus hiladas inferiores, se reedificó probablemente en el siglo XVII o XVIII. El cilindro absidal y su estrecho presbiterio que se señala bien al exterior se edificaron a base de sillarejos de diferentes tamaños, en ocasiones trabajados a buril y con poca argamasa entre ellos (Imágenes 2 y 3). Llama la atención la utilización de grandes sillares que en algunos lugares sobrepasan el metro de longitud.
No hay vano en el ábside. Al interior podría haber estado oculto por el derrumbe; pero recorrido el exterior por entre los bojes no he localizado vano alguno. Sí hay uno, adintelado, en el arranque del lado sur de la nave, que bien podría ser original (Imágenes 5 y 6). No lo es el situado en altura hacia los pies del muro sur de la nave. Tampoco la portada adintelada, graciosamente adelantada del nivel del muro (Imagen 7).
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Al interior domina la ruina y el derrumbe. Maderos de la techumbre y del coro se entremezclan con losas procedentes de la sobrecubierta del templo. Caminar por el interior requiere tanta prudencia como la utilizada para llegar hasta él. Sobre todo pensando en que hay que regresar y un traspiés puede suponer un serio contratiempo.
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En la cabecera advertimos la articulación entre cilindro absidal, estrecho presbiterio y nave. Una imposta señala el arranque de las bóvedas. Llama la atención la rusticidad de la mencionada imposta que no es sino una línea de sillarejos adelantada con respecto al paramento, sin ningún adorno ni trabajo (Imágenes 9 a 11). Al igual que sucede al exterior, podemos advertir restos del revoco que en origen cubrió toda la fábrica pétrea del templo (Imagen 10).
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Desde el interior de la cabecera y sobre el montón de escombros procedentes del derrumbe de su bóveda, la vista de la nave es la mostrada en la imagen 12. Maderos rotos todavía empotrados en sus mechinales señalan el nivel del coro alto que hubo a sus pies. Al exterior, las campas que rodean al templo son un excelente lugar de observación del paisaje. Desde allí, mirando al sur vemos el tajo del barranco que hemos remontado así como el siempre impresionante telón de fondo del pico de la sierra de Guara (Imagen 14).
En fin, que este es un templo modesto de mediados del siglo XII cuyo encanto radica en su localización, acceso y vistas. Si te animas a visitarlo, recuerda: hazlo en tiempo en que la pista esté seca, se prudente, disfruta del paisaje y a la vuelta para en Gillué y pide una cerveza. Siéntate a la sombra, descansa. Deja perder tu vista entre las torres de la iglesia y de Casa Villacampa y piensa en la dureza que debió de suponer vivir en estos lugares. Sobrevivir, crecer, y tener la fe suficiente para edificar templos según las normas establecidas por Cluny y sus partidarios, que desde aquí debían de parecer muy, muy lejanos.