LA GUÍA DIGITAL DEL ARTE ROMÁNICO Webmaster: A. García Omedes - Huesca (España)
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-ROSELL, RESTOS DE TORRE ISLÁMICA-

UTM 30T 687288 4670172 560 m

(HOYA DE HUESCA) Ver mapa interactivo de la zona

Hoy tenía el día libre y después de llevar a mi pequeña al cole y comprar el pan y el periódico, he cogido los trastos y me he escapado al entorno del pantano de la Sotonera para ver el magnífico espectáculo que cada año anuncia la primavera: enormes bandadas de grullas vocingleras haciendo escala aquí antes de continuar su largo viaje. Y por supuesto que nos hemos vuelto a encontrar, un año más. Al final de la pagina hay unas fotos de solo hace unas horas (13 de Marzo de 2006).

Una vez disfrutado el espectáculo recordé que ya hace tiempo me indicó un amigo que sobre el cerro testigo que es Rosell había "piedras apiladas". Con los prismáticos me ha parecido que en efecto, el vértice geodésico se eleva sobre una estructura que no es natural. Desde la pista que bordea el pantano de Tormos por el oeste surge un ramal que hacia poniente nos encamina al "castillo de Rosell" (recuerdo que en Aragón se llama "castillo" a los pequeños núcleos aislados, al igual que en Cataluña sería "masía"). Allí he preguntado y me han dado razón de cómo llegar hasta cerca de la torre en 4 x 4. No es mala pista; pero hay que andar con cuidado y atravesar un campo cuando ésta se pierde.

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Desde donde acaba la pista, unos cien metros en ascensión y sin camino nos separan de los restos de la torre. Se sube por donde se puede, entre arbustos que todavía guardan señal del último incendio habido hace tres años y del desbroce que hicieron con maquinaria pesada. En lo alto aguarda el arranque de lo que efectivamente fue una torre circular de vigilancia en este estratégico punto. No en vano se ha utilizado su estructura para situar el vértice geodésico. De momento me pareció fatal pero reconsiderando lo que pone en su base ("...Se considerará delito su destrucción...") quizá haya sido un acierto y garantía de futuro para esta histórica ruina.

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La torre debió de tener un diámetro de aproximadamente seis metros. Permanecen unas siete hiladas de sillares, sobre todo en sus lados este y norte; habiendo caído su estructura hacia el suroeste como se advierte en la imagen 3. La edificación se hizo a base de grandes sillares alargados dispuestos a tizón y asentados casi a hueso, con escaso aglutinante a base de mortero de cal (Imagen 9). Sillares que se trabajaron a pico, formando en sus caras marcas anguladas, como se advierte en el sillar caído de la imagen 8. La disposición de los sillares en las hiladas es ruda y muy poco cuidada y se advierten algunos engatillamientos e irregularidades en su disposición (Imagen 7). Quizá fueran levemente almohadillados al exterior; pero la erosión de su arenisca no permite asegurarlo. El interior de la base se halla colmatado por lo que no puedo juzgar la hechura del interior ni si se trata de una sola fila de sillares dispuestos a tizón.

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Esta de Rosell debió de ser una torre islámica en relación con las no lejanas de La Atalaya y San Mitiel, pero de hechuras más toscas y quizás de mayor antigüedad que las indicadas, aunque también habría que considerar la posibilidad de que los sillares (islámicos) hubiesen sido reutilizados en un momento posterior. Desde aquí, la posición de vigilancia es privilegiada. Domina el curso del Gállego en la Sotonera, desde su entrada por el portillón que forman los Mallos de Riglos y los de Agüero (Imagen 13) así como gran parte de la Sotonera (Imagen 12) y a lo lejos destaca el Moncayo. Al otro lado del Gállego poco más allá de la presa de Ardisa se halla el castillo de la Ballesta, edificación tardía utilizando como "vástago central" un torreón medieval (Imagen 11).

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En fin, un pequeño punto más en el mapa de la historia de Aragón que puede ayudarnos a comprender sus avatares a poco que se le pregunte en forma de adecuada excavación arqueológica. Esta zona es rica en yacimientos de todas las épocas. No es extraño, puesto que el curso del río Gállego sirvió desde el siglo VI antes de Cristo como magnífica vía de penetración de pueblos indoeuropeos. Vestigios de diversas épocas jalonan en altura las márgenes de un valle que recorrió el ferrocarril de Canfranc antes de ser desviado hacia Huesca y al cual vuelve en Turuñana, poco al norte del Castillo de Artasona (Este si es "castillo-castillo").

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