LA GUÍA DIGITAL DEL ARTE ROMÁNICO

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CAPITEL DE DAVID Y LOS MÚSICOS DE JACA.

PRESENTACIÓN OFICIAL TRAS SU RESTAURACIÓN (13-05-2011).


Cuando hablamos de Arte Románico, la ciudad de Jaca es sin lugar a dudas un referente. Ciudad hecha al modo de las urbes romanas clásicas por el rey Sancho Ramírez. Dotada de fueros en 1077 y cuna de hombres libres a la sombra de la Peña Oroel.

Su catedral románica dedicada, naturalmente, a San Pedro fue más que una necesidad física, una verdadera declaración de intenciones del monarca. El arte más delicado del momento recaló en Jaca. El "Maestro de Jaca" fue sin duda un referente para los artistas de su época.

Numerosas muestras hay en Jaca de su mano para poder admirar. Pero no es exageración hablar de un elemento singular dentro de su sin par obra cuando hacemos referencia al capitel de David y los Músicos. El rey David ocupa la cara frontal de un capitel especial. Desde allí ataca una melodía de alabanza al Señor por medio de su fídula de arco que posa sobre la rodilla izquierda.

Desde una elegante silla de tijera rematada por cabezas y garras de león, coronado por singular corona octogonal tachonada de piedras preciosas, vestido a la manera de la antigüedad clásica y calzado mediante elegantes botines orlados de punteados círculos tangentes, establece diálogo visual con el músico situado a su izquierda.

Este músico lleva un arpa de mediano tamaño. A la orden visual del rey, señala con gesto de su mano izquierda al resto de los músicos el momento de atacar con fuerza una melodía de alabanza a su Dios. Melodía en piedra congelada en el momento de su inicio que muestra e incita a alabarlo sin que del grupo pétreo emane ni una sola nota física.

Once músicos rodean al rey. Apiñados en cumplimiento de la ley de "adaptación al marco" promulgada siglos después, ocupan tres de las cuatro caras de un capitel destinado a destacar de entre todos los demás; tanto por su temática como por su arte y su función.

Músicos que como los ancianos apocalípticos, quizá deberían adornar el tímpano de la puerta de acceso al templo; interfase clave entre dos mundos, el profano y el divino. Sin embargo el genial Maestro de Jaca, que también esculpe en piedra de la misma cantera el tímpano con los símbolos que han de adoctrinar al reino; reserva al rey David con sus once músicos atacando la melodía de alabanza al Señor, la función de apoyo material para el símbolo de aquél a quién alaban.

La cuarta cara del capitel, tan desconocida como reveladora, nos indica bien a las claras que su lugar fue preeminente. Volutas convergentes en una atípica zona sobresaliente inferior que rebasa el collarino donde músicos y rey apoyan sus pies; calzados él, los centrales y los de su izquierda y descalzos los de su diestra. Más abajo columna y basa poseen esa misma e inusual prolongación material tachonadas al igual que ábaco y capitel de rebajes secuenciales en forma de casquete esférico que los señalan sin lugar a dudas como elementos de un parteluz.

Es tan íntima y abigarrada la piña formada por el nutrido grupo musical que no se sabe bien a quién pertenece cada una de las manos que en sus caras vemos tanto sonando instrumentos musicales como sujetando a otros músicos o incluso mostrando la palma abierta en claro gesto de concordia.

Con la rodilla en tierra, haciendo un forzado escorzo, agachados o apiñados. También sentados forzadamente en diminutas misericordias que surgen de la prolongación posterior del collarino a la par que otros músicos se alzan sobre las cabezas de los así sentados. Todos a una en su atemporal función de musical asonancia en la silenciosa alabanza pétrea hacia su Señor.

Contempladlos en sosiego. Es, nada más y nada menos que el rey David humilde paladín de los ejércitos de Yavé y vencedor del gigante filisteo quien junto a sus músicos rezan con sus melódicas salmodias al Rey de reyes. El Maestro de Jaca supo captar el mensaje de su historia y traducido en piedra por medio de su genialidad, situarlo como sustento del símbolo casi heráldico del Dios a quien sirvieron y a quien se encomienda Sancho Ramírez para llevar a cabo su campaña de reconquista con atributos de cruzado.

El día 13 de mayo de 2011 ha sido el de la presentación oficial del capitel una vez concluida su restauración y repuesto en el renovado Museo Diocesano de Jaca. Es fruto del esfuerzo de muchas personas para lograr tal fin, significado en la gerente del mismo, Belén Luque. Dicho esfuerzo ha dado sus primeros frutos que no son sino prolegómenos de un futuro sólido. En el incomparable marco del refectorio de la catedral, actual sede de la exposición de pintura mural románico-gótica, el restaurador del capitel Gerardo Sánchez Mur de la empresa "Antique" nos ha relatado puntualmente el largo y meticulosos proceso de restauración traslado y montaje del capitel.

Más tarde, Pedro Calahorra Martínez introducido por su discípulo y continuador Jesús Lacasta Serrano, nos ha desgranado a los músicos y a sus instrumentos por medio de su elegante prosa y clásica dicción en charla historiada tan amena como docta e instructiva.

Con la noche ya señora de catedral y claustro, la contemplación del capitel instalado en su lugar de honor en el Museo Diocesano y luciendo como el referente pétreo que sin duda es, cerró este inicio de ciclo de presentación oficial de su restauración.

En las sucesivas páginas mostraré detallados a los personajes de esta obra de arte motivo de nuestra actual celebración.


 

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