LA GUÍA DIGITAL DEL ARTE ROMÁNICO Webmaster: A. García Omedes - Huesca (España)
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-SANTA MARÍA DE BUIL. IGLESIA DE SAN MARTÍN (Cont.)-

UTM 30T 260493 4694833 890 m.

(SOBRARBE) Ver mapa interactivo de la zona

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La zona posterior del templo, más allá de los grandes arcos trazados en el siglo XVII, corresponde a los dos tramos posteriores del mismo (Ver planta) con sus dos parejas de pilares cruciformes conservados. La bóveda de la nave norte es la original mientras que al lado sur, tras el arco que señala el límite de la original, encontramos una moderna cubierta de madera en bastante mal estado que se continua con las edificaciones exteriores modernas. En el suelo de la nave norte aflora el estrato rocoso que sirve de soporte al templo y en el que pueden adivinarse el perfil de alguna sepultura antropomorfa.

Las imágenes 2 a 6 ofrecen diferentes puntos de vista de este espacio posterior, residual del primer templo lombardo. El último pilar cruciforme exento del lado sur fue también eliminado y reemplazado por otro arco formero al modo de los de la cabecera pero de menor diámetro (Imágenes 2 y 4). Al igual que ocurría en la cabecera, los restos de los arcos formeros originales están incluidos en el muro sobre su medio punto (Imagen 4). En el tramo de los pies del lado norte hay portada cegada. Es de medio punto con zaguán interior a mayor altura y dintel monolítico, al modo lombardo (Imagen 4).

La zona occidental de la nave central es a su vez parte de la estructura de la torre vista al exterior. En ella se halla la portada de poniente de acceso al templo, también con dintel y arco de medio punto de descarga y sobre la misma hay un vano de comunicación con la cámara situada sobre el porche de entrada (Imágenes 7 a 9). En algún momento relacioné esta hechura con las tribunas occidentales al modo carolingio como lo visto en Siresa; pero reconsiderándolo el hecho resulta realmente difícil. Sobre todo porque es funcionalmente inadecuado para personajes de relieve dado que no hay acceso cómodo a la misma. Debió pues de ser otra su función.

El altar que encontramos en el ábside central es el original del templo de hacia 1070. Me inclino por esa fecha dado que sus aristas anteriores se hallan decoradas con baquetón simulado y en la parte inferior del mismo, en sus ángulos anteriores, hay pequeños motivos decorativos esculpidos que nos hablan ya de un momento en que ya hay escultura en los templos (Imágenes 11 y 12).

En los muros laterales de la zona anterior del templo se abrieron capillas laterales. Más profunda y de obra la norte (Imagen 13) y sugerida en el espesor del muro en el lado sur (imagen 14). Ambas lucen decoración del siglo XVII. Por fin las imágenes 15 a 18 muestran diferentes puntos de vista del espacio y vanos del porche bajo la torre del templo.

Sin duda estamos ante un templo clave por los vestigios que muestra de un momento de transición desde el arte lombardo al uso hacia un primer románico pleno, sugerido por las escasas muestras esculpidas en el altar del ábside central y la forma de rematar canecillos y cornisas de las cabeceras, con una interesante etapa intermedia que es un guiño hacia lo que ya se ha hecho a orillas del Gállego y que aquí se reinterpreta de modo tosco en la reconstrucción de la zona anterior del templo.

Por otra parte, la torre-porche que alberga la portada oeste, al modo de las plantas de la catedral de Jaca o de la iglesia de Santo Domingo de esa misma ciudad, servirá de modelo próximo a la edificación del templo de Ainsa una vez haya sido reconquistada la plaza.