LA GUÍA DIGITAL DEL ARTE ROMÁNICO

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SAN GIL DE LUNA: UN TEMPLO SINGULAR EN PELIGRO


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Vengo siguiendo la evolución de la iglesia de San Gil de Luna desde el año 2001. En el año 2002 (al que corresponde la imagen del templo con andamiaje) asistí a la restauración de su cubierta. Ya el año anterior se había ocultado el pavimento original del templo, que no era otra cosa que la roca en que asienta, con una capa de cemento, lo cual a mi juicio fue una mala decisión por cuanto que ocultaba el basamento original con todo lo que contenía. No tengo imágenes anteriores a ese momento, pero por lo que he oído creo que pudieran existir vestigios de sepulturas.

A partir de esas actuaciones se detectaron grietas en la cabecera absidal y en el hastial de poniente. Eran grietas verticales que en principio me sugerían ser consecuencia de una apertura hacia afuera de los muros laterales, pero estudios arquitectónicos y sobre todo geológicos (julio-2007) apuntaron a que la causa del problema radica en la roca sobre la que asienta el templo y que por su estructura en forma de estratos sucesivos de roca y de arena ("hojaldrados") sufren la acción de arrastre de los elementos más blandos y por tanto permiten que se fracture la roca sobre la que asienta el templo con la consiguiente repercusión en la estructura del mismo.

Se han efectuado propuestas de "cosido" de los estratos rocosos por medio de pivotes de cemento, o de actuaciones tendentes a que el agua no circule por las capas blandas del subsuelo entre los estratos rocosos, cuando no de las dos a la vez.

Lo cierto es que con el paso del tiempo los testigos de las grietas van saltando y estructuras que aparecían íntegras, como la de la portada occidental del templo (Las imágenes superiores corresponden a los años 2001 y 2004), comienzan a sufrir a ojos vista los efectos de este problema, como se puede observar en la imagen inferior de 19 de julio de 2017 en la cual cuatro de las dovelas altas de la misma y parte de su guardapolvo, se están deslizando debido a la deriva de la parte norte del templo hacia el cortado, secundaria a fracturas de la roca base sobre la que asienta.

La imagen bajo estas líneas es interactiva. Situando el cursor sobre la misma se resaltan con líneas amarillas el perfil de las dovelas en cuestión así como las grietas que por encima suyo se están abriendo.

A continuación muestro un detalle de la zona alta de la portada occidental con la evidencia de que varias de sus dovelas están descenciendo como consecuencia de la apertura hacia afuera del muro norte motivada, como he comentado, por la fractura de la base rocosa sobre la que asienta el templo.

Las fuerzas que están actuando sobre la estructura del templo de San Gil de Luna son de una tremenda intensidad y buena prueba de ello es que un amplio número de sillares se están fracturando. No es que se separen por las líneas de junta, sino que se parten por el propio cuerpo de los sillares, como se puede advertir en la imagen interactiva inferior. Colocando el cursor sobre la misma se señalan las líneas de fractura y puede verse que afectan a un buen número de sillares.

Es urgente acometer obras de consolidación de la base en que asienta la iglesia de San Gil de Luna para evitar su colapso a medio plazo. No sería el único templo de esta localidad que sufre la circunstancia de su derrumbe por este motivo, dado que las recientemente localizadas ruinas del ábside de la iglesia de San Miguel, próximas a la actual parroquial nos hablan en ese mismo sentido.

La iglesia de San Gil de Luna no es una iglesia más. Es un templo singular que fue capilla real de Alfonso II, primer monarca de la Corona de Aragón, edificado tras asumir el condado de Provenza en 1166, acaso como celebración del hecho. Fue consagrada en 1170 y en ella destaca la advocación a dos santos provenzales (san Gil y san Ginés) así como sus hechuras hispano-languedocianas que fueron ejemplo para la edificación de otros templos del entorno, como Santa María y San Salvador de Ejea de los Caballeros. Además en su decoración participaron dos escultores de primera línea: el primer maestro de San Gil, el mismo que realizó la escultura de la Sala de Doña Petronila en el Palacio Real de Huesca, probablemente de la órbita de Leodegarius; y el segundo maestro de San Gil, que esculpió los capiteles en altura y los ciclos hagiográficos de san Gil y de san Gines y que no es otro que el propio maestro de Agüero o de San Juan de la Peña. Es en este templo de Luna donde esculpió su primera bailarina (al interior del vano sur de la cabecera). Veintisiete capiteles labrados por el primer maestro y veintiséis por el segundo, son sin duda cifras que revelan la importancia de este templo.

Por todas esas circunstancias, es urgente y obligado llevar a cabo obras tendentes a frenar el problema de sustentación que puede acabara con su colapso, tras las oportunas prospecciones arqueológicas del entorno a consolidar.


Huesca; 15 de mayo de 2018

Antonio García Omedes

de la Real Academia de San Luis


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