La existencia de pilas bautismales en las pequeñas ermitas hoy abandonadas nos hablan de que en su momento hubo población estable en derredor suyo, que se reproducía y cristianaba a sus hijos en ellas. La pila bautismal posee una fuerte simbología en el conjunto del templo cristiano. Es un elemento purificador por el sacramento del bautismo que en ella se desarrolla. Las pilas de agua bendita no son sino un recordatorio del bautismo cada vez que los fieles entran al templo.

En un principio, y dentro de la simbología "purificación-cruce del umbral-avance hacia la divinidad" el bautismo debería de ser previo al ingreso en el templo y la pila estar afuera del mismo. Así debió de ser en origen; pero lo cierto es que hoy están dentro del templo; si bien es verdad que en su mayoría a los pies del mismo; antes de comenzar la procesión hacia el altar. Solo he visto una pila benditera situada fuera del templo en mis andanzas por el altoaragón: la de la ermita de San Babil de Puente la Reina de Jaca. La mayoría son modestos ejemplares sin apenas decoración; más funcionales que ornamentales; aunque también hallamos ejemplares muy bellos. En algunos casos, como en Navasa, cumplieron función de abrevadero en la plaza pública, antes de ser rehabilitadas. También hay pilas benditeras muchas veces trabajadas en el espesor de capiteles reutilizados.

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